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Los Chicago Boys y el Proyecto Neoliberal Chileno (extracto de libro de S. Edwards)

6.06.2023
CeCo Chile

En un nuevo libro, «The Chile Project: The Story of the Chicago Boys and the Downfall of Neoliberalism«, Sebastián Edwards detalla la historia del neoliberalismo en Chile durante los últimos setenta años. Los Chicago Boys — un grupo de economistas chilenos formados en la Universidad de Chicago a través del «Proyecto Chile», del Departamento de Estado de EE.UU. —, desempeñaron un papel central en el ascenso del neoliberalismo durante el régimen de Augusto Pinochet. A continuación se presenta un extracto del libro sobre la visita de Milton Friedman (economista de la Universidad de Chicago) a Chile en 1975, para reunirse con Pinochet y líderes empresariales.

Capítulo 5: La Visita de Milton Friedman en 1975 y el Tratamiento de Shock

El 21 de marzo de 1975, Milton Friedman, el economista más famoso y polémico del mundo, se reunió durante una hora con el General Augusto Pinochet en Santiago. Durante la reunión, Friedman le dijo a Pinochet que la única forma de erradicar la inflación en Chile, que en ese momento alcanzaba casi el 350% anual, era aplicar un «tratamiento de shock» consistente en una «reducción generalizada del 25% de cada partida [presupuestaria]». Friedman señaló que la inflación en Chile era un caso típico de excesos monetarios. El déficit fiscal, que en su totalidad se financiaba imprimiendo dinero, era del 10% del producto interno bruto (PIB), y el stock de dinero en manos de las personas representaba aproximadamente el 3% del ingreso agregado. Cálculos aproximados sugerían que el «impuesto inflacionario» (inflation tax) necesario para financiar dicho déficit era de aproximadamente el 330% cada año, una cifra muy cercana a la tasa de inflación real. Friedman advirtió al general que el tratamiento de shock implicaría costos significativos de corto plazo en forma de alto desempleo. Sin embargo, anticipó que «el período de dificultades transicionales severas sería breve — medido en meses —, y que la recuperación posterior sería rápida».

Friedman también le dijo a Pinochet que adoptar un sistema de libre mercado era la única forma de lograr un crecimiento sostenido, reducción de la pobreza y, eventualmente, prosperidad generalizada. El programa de reformas en su conjunto, afirmó, debería incluir la apertura de la economía a la competencia internacional, implementar un amplio programa de desregulación, liberalizar las tasas de interés y todos los precios, privatizar las empresas estatales, reformar la legislación laboral para agilizar la contratación y despido, y eliminar los subsidios a industrias específicas en los denominados sectores estratégicos. Muchas de estas recomendaciones ya se encontraban en «El Ladrillo», un documento que Friedman no había leído y posiblemente ni siquiera sabía que existía.

Friedman da una conferencia a la élite

Dos días después de reunirse con Pinochet, Friedman dio una charla pública a varios cientos de empresarios. El seminario fue organizado por Rolf Lüders, uno de los Chicago Boys, quien en ese momento era vicepresidente ejecutivo de uno de los conglomerados chilenos más dinámicos y agresivos, el Grupo BHC (Banco Hipotecario de Chile). Durante su presentación, Friedman repitió en líneas generales lo que ya le había dicho al general: los líderes de la industria en Chile estaban seriamente alarmados por lo que escucharon y rechazaron la idea de abandonar el gradualismo. Después de décadas de intervención gubernamental intensiva, desconfiaban de las políticas abruptas; las perspectivas de un tratamiento de shock y de rápidas reformas comerciales y financieras les aterrorizaban. Sus preocupaciones sobre las consecuencias de cambios rápidos eran compartidas por un pequeño pero poderoso grupo de altos oficiales de las Fuerzas Armadas. En contraste, los Chicago Boys estaban encantados con las declaraciones de Friedman. Por fin una autoridad reconocida a nivel mundial respaldaba públicamente sus puntos de vista y les explicaba a las élites que implementar las reformas, más temprano que tarde, generaría empleo, crecimiento y prosperidad. Los Chicago Boys esperaban que Friedman ayudara a inclinar el equilibrio de poder dentro del ejército hacia su perspectiva y que Pinochet finalmente eligiera la alternativa de libre mercado en lugar de la opción intervencionista promovida por algunos generales del ejército y la fuerza aérea (la marina estuvo, desde el principio, a favor de las reformas de mercado).

El estado de ánimo entre los líderes empresariales se reflejó en las preguntas y respuestas que siguieron a la charla de Friedman. Un miembro de la audiencia afirmó que el shock fiscal generaría un aumento significativo en el desempleo, un verdadero «terremoto» que Chile no podría resistir. La respuesta de Friedman fue simple y enfatizó la diferencia entre el empleo productivo y no productivo: «Supongamos que entre el 20% y el 25% de los funcionarios del sector público son despedidos. En ese caso, ¿alguien puede explicarme cómo resultaría en una reducción del 25% en la producción de zapatos, o que la producción de pan se reduzca en siquiera una rebanada, o que se produzca una camisa menos…? Como pueden ver, el problema es que las personas empleadas en esas instituciones [estatales] no son productivas, no están agregando nada a la cantidad de bienes y servicios disponibles en Chile«.

Otra pregunta trató sobre las reformas en el sector financiero, la usura y la especulación. Friedman respondió que los especuladores desempeñaban un papel importante y positivo en una economía de mercado: «La especulación no es más que una palabra y no corresponde a algo malo«. Luego se le preguntó si el mercado de capitales debería ser completamente libre o si debería ser regulado. Friedman respondió que los mercados financieros deberían ser «completamente libres«, con «personas libres que redactan contratos con otras personas libres«. El único papel del gobierno era asegurarse de que no hubiera fraude. Otro participante preguntó a Friedman qué pensaba sobre las tasas de interés del 15% mensual, y él respondió que el verdadero problema era la inflación; si los precios aumentaban a una tasa mensual del 15%, entonces las tasas de interés del 15% no eran altas. La Figura 5.1 muestra a los Chicago Boys más seniors en 1978, tres años después de que Friedman se reuniera con Pinochet y recomendara el «tratamiento de shock«.

 

Figura 5.1: Chicago Boys (desde la izquierda) Sergio de Castro, Sergio de la Cuadra, Pablo Baraona, y Álvaro Bardón, circa 1978. Fuente: archivo fotográfico de La Tercera.

En cuanto a los costos generales del programa de ajuste y reforma que proponía, Friedman dijo: «Los problemas fundamentales de Chile son dos: la inflación y el desarrollo [de un sistema] de libre mercado. Estos son problemas diferentes, pero están relacionados, porque cuanto más fortaleces el libre mercado, más fácil será la transición… No debe haber errores: no se puede acabar con la inflación sin costos… El simple hecho es que Chile está ‘muy enfermo’. Un hombre enfermo no puede recuperarse sin costos… Debo enfatizar un hecho extremadamente importante: los problemas de Chile son, sin lugar a dudas, ‘hechos en Chile’«.

También hubo preguntas sobre la reforma en materia de comercio internacional. Un participante preguntó si en un país pobre las empresas manufactureras podían competir a nivel internacional. La respuesta de Friedman reflejó su firme creencia en los beneficios del libre comercio y enfatizó, con gran fuerza, la necesidad de que la reforma estuviera acompañada de una política de tipo de cambio adecuada (ver capítulo 9 para una discusión detallada sobre este tema):

Por supuesto, las empresas chilenas pueden competir a nivel internacional si el tipo de cambio es adecuado… La destrucción de capital [durante la época de la Unidad Popular] significa que eres un país pobre. Pero los países pobres pueden competir… ¿No es cierto que Japón pudo desarrollar una presencia internacional increíble a pesar de que en 1948, cuando todo comenzó, la mayoría de las plantas industriales habían sido destruidas en mayor medida que en Chile?… Lamento decir que la idea detrás de esta pregunta está equivocada de manera fundamental: no reconoce el papel crucial que desempeña el tipo de cambio para permitir que un país compita con otras naciones, independientemente de su desarrollo tecnológico y productivo relativo”.

Las preguntas y respuestas continuaron durante más de una hora. En total hubo veintidós preguntas, algunas expresando sorpresa genuina por lo que Friedman dijo, otras abiertamente confrontacionales. Friedman explicó, con su legendaria habilidad pedagógica, por qué en su opinión el costoso período de ajuste sería corto. Repitió que, al final, emergería un país mejor, un país que podría crecer de manera constante. Utilizó varios ejemplos de experiencias de otras naciones, principalmente de Alemania, Japón y Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. En cierto momento, Friedman se mostró algo exasperado y dijo que entendía por qué muchos en la audiencia se oponían al programa de reformas: «Muy pocos empresarios realmente creen en la libre empresa, a menudo son sus peores enemigos. Cada empresario favorece la libre competencia para los demás, pero no para sí mismo«.

 

*Extracto del libro “The Chile Project: The Story Of The Chicago Boys And The Downfall Of Neoliberalism”, de Sebastian Edwards, publicado por Princeton University Press. Copyright © 2023 de Princeton University Press (utilizado con permiso; reserva de todos los derechos).

*Esta traducción al español fue realizada por Juan Pablo Iglesias M., con la autorización de Princeton University Press, y en acuerdo con Promarket.org (para ver una versión en inglés de esta nota, aquí).

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Juan Pablo Iglesias M. | CeCo Chile (traductor)