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Según la OCDE, las “nascent acquisitions” son una categoría de fusiones caracterizadas por la adquisición de una empresa joven (o start-up) que ofrece productos o servicios cuya significancia competitiva todavía es altamente incierta. Por ejemplo, estamos ante esta categoría cuando se busca adquirir una start-up que aún no ha llegado al mercado, o que lo ha hecho recientemente pero que aún no ha madurado.
Dentro de la categoría de nascent acquisitions, “killer acquisitions” es una dentro de muchas teorías de daño que pueden ser aplicables a este tipo de fusiones –como, por ejemplo, las teorías de daños verticales o de conglomerado- que se produce cuando, luego de la fusión, el incumbente “mata” el desarrollo del producto que representa un riesgo potencial para su línea de productos establecida. La teoría también es aplicable cuando lo que se elimina son los propios esfuerzos internos del incumbente para desarrollar un producto que compita con el de la start-up, con el objeto de aplacar cualquier competencia potencial del producto recién adquirido.
La primera vez que se usó el término “Killer acquisitions” fue en un trabajo publicado el año 2018 por Cunningham, Ederer y Ma. Aunque esta figura ha sido asociada usualmente a mercados digitales, fue primero desarrollada en el marco del sector farmacéutico, luego de que los autores identificaran que varias empresas incumbentes estaban adquiriendo compañías emergentes con el único objetivo de descontinuar sus proyectos de innovación y prevenir futura competencia.
La compra de Synachten por parte de Mallinckrodt fue el caso paradigmático usado por Cunningham et al. como ejemplo de los efectos anticompetitivos tras estas fusiones. En los años 2000, la empresa farmacéutica Questcor (subsidiaria de Mallinckrodt) -que tenía el monopolio sobre una hormona para tratar enfermedades graves y poco frecuentes- se enfrentó a la aparición de Synacthen, un competidor sintético de su medicamento que comenzó a desarrollarse para el mercado estadounidense. Questcor adquirió los derechos de desarrollo de Synacthen en EE.UU. el 2013, sin embargo, nunca lo desarrolló. La conducta fue unos años más tarde impugnada por la Federal Trade Commission de EE.UU.(FTC), acción que terminó con una orden de sub-licenciar el derecho sobre Synacthen a otra farmacéutica estadounidense.
Según la OCDE, dado que el resultado de una killer acquisition es que el desarrollo del producto se termina, las preocupaciones que levanta son siempre de naturaleza horizontal. Esto es así aun cuando la start-up parece a primera vista estar desarrollando un producto complementario o no relacionado al del incumbente.
Por otra parte, estrechamente relacionada con las killer acquisitions, está la teoría del daño del competidor potencial emergente (“nascent potential competititor”). La preocupación en ese caso es que el producto adquirido podría convertirse en rival del incumbente y, por lo tanto, controlar ese producto (pero no matarlo) elimina la amenaza competitiva que representa. En las killer acquisitions, no es solo la competencia potencial la que se elimina, sino también el producto en sí. A modo de ejemplo, bajo el primer supuesto, una cadena de retail podría comprar un supermercado para eliminar la presión competitiva que ejerce respecto de sus tiendas más cercanas, mientras que bajo una teoría de killer acquisition, se adquiriría el supermercado para cerrarlo.
Según la OECD, una killer acquisition también podría considerarse bajo ciertas circunstancias como una conducta exclusoria. Por ejemplo, en el año 2018, Illumina, una empresa dominante en la tecnología de secuenciación de ADN, buscó adquirir a su rival Pacific Biosciences que tenía una cuota de mercado de solo un 2 a 3%. Un año después, la FTC decidió oponerse a la fusión por resultar en sí misma anticompetitiva según la sección 7 de la Clayton Act, y porque la consideró una estrategia para mantener el monopolio del incumbente en EE.UU. al eliminar a Pacific como una amenaza competitiva, en base a la sección 2 de la Sherman Act.
Aunque las nascent acquisitions podrían ocurrir en una variedad de mercados diferentes, es más probable que se den en áreas donde las empresas adquieren nuevas empresas por su potencial. Por ejemplo, en la industria farmacéutica, química y en mercados tecnológicos.