5.04.2023
CeCo Chile
4 minutos
Sebastián Poblete C.
Doctorando en Economía, Northwestern University. Economista de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Economía, Northwestern University. Magíster en Economía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigación enfocada en Organización Industrial, Economía Laboral y Microeconomía Aplicada. Trabajó Previamente en J-PAL LAC y como docente en la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Literatura reciente indica que, en la industria estadounidense, los márgenes sobre el precio han crecido de manera alarmante (De Loecker et. al., 2020; De Loecker and Eeckhout, 2021). Interesantemente, esto también se ha observado en otras economías del mundo (Ganapati y McKibbin, 2021). Si los márgenes están creciendo, esto puede significar, en general, que: (i) los precios están creciendo fuertemente también, debido a un ejercicio masivo de poder de mercado a través de diversas industrias; (ii) los costos marginales están bajando, pero debido a alguna fricción del mercado, estas bajas de costos no terminan traspasándose hacia bajas de precios para los consumidores (lo que llamamos “pass-through incompleto”); ó, (iii) una combinación de ambas.
Además de lo anterior, los márgenes en sí mismos pueden distorsionar decisiones de inversión, de entrada, o de innovación (Aghion et. al., 2005): Cuando la competencia es dura, y los márgenes son estrechos, sólo la innovación puede hacer crecer los márgenes (por ejemplo, patentar un nuevo descubrimiento en la industria farmacológica). En cambio, cuando los márgenes son altos, y no cambian (por las razones descritas en el párrafo previo), hay menores incentivos a innovar.
«Valdría la pena, ante las alertas de precios altos o márgenes altos, mirar rápidamente si existe un ambiente poco competitivo en el mercado de factores, o analizar si las barreras de entrada han cambiado en el tiempo en la industria analizada para el caso en cuestión«.
Así, con la evidencia en mano, cabe preguntarse: ¿Es dañino para el bienestar de los consumidores y la optimalidad de la economía que los márgenes sobre el precio aumenten? y, si esto es cierto, ¿Cuáles serían las herramientas de política adecuadas para combatir este potencial daño? Literatura reciente y diversa pueden dar algunas pistas para responder dichas preguntas.
Estas son las preguntas que Berry, Gaynor y Scott-Morton (2019) buscan responder en un artículo reciente. En resumen, y quizás decepcionante para la persona que esté leyendo, es que la respuesta a estas preguntas va depender de las condiciones de mercado. Depende de la industria y del origen de dicho margen.
Lo positivo, y muy importante para el análisis del regulador, es que si entendemos bien el proceso por el cual se originan los márgenes, podemos saber si éstos son dañinos o no. En particular, debemos reconocer que los márgenes, siendo la diferencia entre precio y costo marginal, van a depender entonces de fundamentales de la economía: El precio es una cantidad de equilibrio, que depende de factores de demanda y de oferta en el mercado del producto; en tanto, el costo va a depender de las características del mercado de factores y de la estructura productiva de la industria en cuestión.
Siendo más concreto, los autores delimitan algunas pistas para analizar cuándo los márgenes son dañinos: Cambios en costos fijos, poder monopsónico en el mercado de factores (en particular, el laboral), cambios en la conducta de las firmas que lleven a ejercer mayor poder de mercado, y cambios en la demanda. Intentaré dar pistas de política para cada uno de los casos, basados nuevamente en la literatura económica que ha analizado teórica y empíricamente estos casos:
- Costos fijos: Un alza en los costos fijos, como es bien entendido, implica menor capacidad de entrada de nuevos actores, un nivel de competencia más suave y, eventualmente, ejercicio de poder de mercado que lleva a mayores márgenes. Sin embargo, esta alza de costos fijos puede tener un efecto ambiguo en el bienestar del consumidor. Como los costos fijos también dependen de las condiciones de mercado, sus variaciones pueden originarse de diversas maneras. Si un aumento en los costos fijos es generado, por ejemplo, por la invención de una tecnología nueva que permite a los consumidores acceder a dispositivos de alta calidad (Foster, Haltiwanger y Tuttle, 2022) —pensando en teléfonos Apple o flagships de compañías competidoras que, de hecho, generan márgenes altos para dichas compañías—, entonces los consumidores estarían dispuestos a pagar un precio mayor por obtener las características únicas que tiene un iPhone o un Samsung Galaxy. En cambio, si el aumento en los costos fijos proviene de contratos exclusivos que previenen la entrada, por ejemplo, entonces estaríamos frente a una barrera artificial a la entrada. En este sentido, podría requerir revisión por parte del regulador.
- Poder monopsónico en el mercado laboral: Cuando hay márgenes mayores, puede que las firmas estén ejerciendo poder monopsónico en los mercados de factores; en particular, el mercado laboral. En ese sentido, en caso de que exista un alza de márgenes importante en algún sector, vale la pena revisar si los salarios en dicho sector son competitivos respecto a profesiones similares. También puede ser útil examinar la estructura de salarios de la firma revisada, para evaluar el origen del aumento en márgenes. Así, si el aumento en los márgenes se debe a una reducción de costo por ejercicio de poder monopsónico, estaríamos frente a una conducta puramente anticompetitiva. Además, considerar fusiones recientes en el sector económico en cuestión sería importante: En fusiones verticales hay evidencia de que, luego de la consolidación, podría generarse poder monopsónico (Schmitt y Prager, 2020). Por otro lado, en fusiones horizontales, cuando hay probabilidad de foreclosure, entonces la reducción de costos —y por consecuencia, aumento del margen—, nuevamente, sería producto de una conducta anticompetitiva en el mercado de factores.
- Cambios en la conducta de las firmas: En estos casos, es difícil establecer una idea de política, pues requeriría profundizar sobre cómo se organiza una firma. Este factor se refiere a que las firmas se vuelven, con el tiempo, cada vez más sofisticadas en idear estrategias para discriminar precios, segmentar salarios, y utilizar marketing para extraer mayores rentas de los consumidores y trabajadores. Una estrategia interesante que puede servir para revisar este punto es verificar si existe “diferenciación falsa” en los productos: Un ejemplo claro es que algunas farmacéuticas venden el mismo producto, con composición exactamente igual, pero con nombres distintos, cobrando más por uno que por otro.
- Cambios en la demanda: Dopper et. al. (2021) analizan el problema particular de que existan posibles eficiencias/innovaciones que reducen los costos marginales, pero que no se traspasan a los consumidores en forma de bajas de precio, aumentando entonces los márgenes (“pass-through incompleto”). Esto podría llevar a pensar al regulador que estamos frente a un caso de ejercicio de poder de mercado, donde el incentivo a la innovación está pensado solamente para extraer rentas, por lo que se necesitaría mayor nivel de competencia en dichos mercados. A pesar de esto, los autores del artículo, analizando 100 categorías de productos entre 2006-2019 donde los márgenes han subido, concluyen que, de hecho, cuando bajan los costos, no existe pass-through completo porque los consumidores de estas categorías se han vuelto menos sensibles al precio: La elasticidad de demanda ha caído. En ese caso, este aumento de los márgenes sería “óptimo”: Los consumidores no son víctima de ejercicio de poder de mercado, y las firmas estarían siendo más eficientes. Luego, el instrumento de política no es uno de regulación, sino más bien si dichos márgenes grandes son considerados socialmente deseables: i.e. la discusión se vuelve una de impuestos y de redistribución, escapando a la discusión de libre competencia.
En conclusión, los márgenes grandes que se han visto en las recientes décadas pueden tener efectos ambiguos en el bienestar de los consumidores, y pueden originarse tanto por conductas anticompetitivas como por conductas deseables desde el punto de vista de la libre competencia. Si bien esto causa que los efectos sean ambiguos, existen las herramientas para estudiar si dichos efectos son dañinos o no.
Una opinión, para cerrar, y sumando a las recomendaciones de política mencionadas anteriormente, es que muchas veces al analizar las estructuras de mercado en el tiempo, nos concentramos en precios y cantidades. En cambio, sólo miramos la estructura de costos y el mercado de factores cuando el caso es presente. Valdría la pena, ante las alertas de precios altos o márgenes altos, mirar rápidamente si existe un ambiente poco competitivo en el mercado de factores, o analizar si las barreras de entrada han cambiado en el tiempo en la industria analizada para el caso en cuestión. Más datos, sobre todo hoy, otorgan más pistas para encontrar la mejor solución para un potencial problema —o quizás, darse cuenta que no hay nada que temer—.
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