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Revisamos el artículo de Ginger Zhe Jin, Ziqiao Liu y Liad Wagman (2022) (en adelante, “Estudio”), que hace un análisis descriptivo sobre el desempeño que tuvo la entrada de nuevas aplicaciones móviles en Estados Unidos y en cinco países de Europa (Reino Unido, Francia, Alemania, España e Italia, en adelante, “EU5”), antes y después de la pandemia del Covid-19, a la luz de las diferencias regulatorias y socioculturales que existen en ambas regiones respecto del uso de información privada del usuario.
Los resultados del Estudio muestran que, a partir de enero del año 2020, el mercado de aplicaciones móviles estadounidense habría sido más “amigable” que el mercado EU5 en cuanto a la entrada de aplicaciones que involucran un mayor traspaso y manejo de información privada o sensible del usuario. En particular, las aplicaciones móviles más sensibles en términos de privacidad (es decir, involucran un mayor traspaso de datos personales) tenían un mejor desempeño que aquellas que eran lanzados en países europeos.
En este contexto, el desempeño de las aplicaciones móviles se mide conforme a la probabilidad de que una nueva aplicación logre ubicarse dentro de las 200 mejores aplicaciones (“top 200 list”) en sus primeros dos meses de edad, y a la probabilidad de mantener ese posicionamiento en los siguientes meses después de haberlo conseguido. Un mejor desempeño de una nueva aplicación también incluye una mayor proporción de sus usuarios respecto del total de usuarios activos para las 200 aplicaciones mejor posicionadas.
El objetivo de esta nota es ilustrar las diferencias que hubo en el éxito de las aplicaciones móviles lanzadas durante la pandemia entre Estados Unidos y Europa, diferenciando aquellas aplicaciones que involucran un mayor uso e intercambio de información privada del usuario. En línea con el estudio, los distintos niveles de éxito que tuvieron las aplicaciones nuevas en Estados Unidos y Europa podrían ser explicados por los distintos entornos regulatorios de ambas regiones en materia de privacidad y uso de datos.
Sin embargo, hay otros factores que pueden explicar las diferencias observadas en el desempeño de las aplicaciones. Estos se relacionan con aspectos socioculturas como la penetración de los dispositivos móviles, la importancia que le asignan los usuarios a la privacidad de los datos, el tamaño de los mercados, los hábitos y las preferencias de las personas, entre otros.
En los últimos años, ha habido un intenso debate en torno los efectos que podrían tener las regulaciones que limitan el uso de información privada de los usuarios en el nivel de competencia que existiría en los mercados digitales.
Más allá de los detalles de esta discusión, según los autores del Estudio, los entornos regulatorios en materia de privacidad y uso de datos difieren bastante entre Estados Unidos y Europa. Por un lado, en Europa, el Reglamento General de Protección de Datos («GDPR», por sus siglas en inglés) exige a las empresas tener el consentimiento expreso de sus usuarios para poder establecer la recopilación y el intercambio de datos como predeterminado. En cambio, en California, las empresas estarían autorizadas a recopilar e intercambiar datos de forma predeterminada siempre y cuando los usuarios puedan optar por configuraciones alternativas.
En general, el mercado de las aplicaciones móviles es muy competitivo. Cada mes, ingresan entre 50.000 y 200.000 aplicaciones nuevas en Google Play Store. La pandemia es un hito interesante en el análisis de la competitividad y la oferta de aplicaciones móviles, porque significó un cambio estructural drástico e impredecible en los mercados digitales. El distanciamiento social, los límites al desplazamiento, junto con otras políticas, hicieron que el uso de aplicaciones móviles aumentara de forma significativa y persistente.
Desde el punto de vista de la oferta, los datos recopilados por los autores del Estudio muestran que, antes de la pandemia, la entrada de nuevas aplicaciones en Google Play a nivel mundial estaba decayendo. Sin embargo, esta tendencia se revirtió en enero del año 2020. Desde ese entonces, la entrada de aplicaciones móviles aumentó abruptamente hasta mayo del mismo año, luego del cual volvió a caer. Interesantemente, la mayor parte de la entrada de aplicaciones móviles correspondió a aplicaciones gratuitas (Gráfico N°1, panel izquierdo).
Desde el punto de vista de la demanda, los datos recopilados por los autores muestran que, en EU5 y Estados Unidos, el número total de usuarios activos mensuales para las 200 aplicaciones mejor posicionadas de Google Play aumentó rápidamente en junio del año 2020. En contraste con la oferta de aplicaciones —que experimentó un aumento drástico y transitorio— el aumento en el número de usuarios activos se mantuvo durante al menos un año, hasta incluso después de que Estados Unidos y Europa relajaran sus restricciones de distanciamiento social y desplazamiento (Gráfico N°1, panel derecho).
Gráfico N°1: Entrada global de aplicaciones móviles y usuarios activos mensuales totales (Google Play Store)
Con el fin de hacer más explícita las diferencias que existen entre Estados Unidos y Europa en materia de políticas de privacidad y uso de datos, los autores del Estudio analizaron el desempeño de las aplicaciones móviles nuevas clasificándolas en dos categorías: (i) aplicaciones que son presumiblemente más sensibles a la privacidad del usuario (“aplicaciones sensibles a la privacidad”); y, (ii) aplicaciones que son presumiblemente menos sensibles a la privacidad del usuario (“otras”).
Las “aplicaciones sensibles a la privacidad” incluyen 6 tipos de aplicaciones: juegos, salud y estado físico, social, comunicacional, comercio y finanzas. Las aplicaciones clasificadas como menos sensibles a la privacidad del usuario (“resto”), incluyen aplicaciones relacionadas con el clima, noticias y revistas, entre otras.
La justificación detrás de esta separación entre las aplicaciones radica en que es más probable que las “aplicaciones sensibles a la privacidad” involucren una mayor transmisión y recopilación de información privada del usuario, como sus contactos, su dirección, hábitos de consumo, actividad física, etc.
Hasta antes de la pandemia, el mercado de aplicaciones móviles estadounidense tenía una leve ventaja respecto al mercado de los cinco países europeos, en el sentido de que una aplicación nueva tenía más probabilidades de situarse en la lista top 200 durante su primer mes de edad.
Sin embargo, según los autores del Estudio, esta ventaja se volvió más preponderante durante la pandemia, especialmente entre aquellas aplicaciones que involucran un mayor traspaso de información sensible de los usuarios. En efecto, la ventaja relativa de Estados Unidos —respecto los cinco países de Europa— de ubicar las aplicaciones nuevas en mejores posiciones se podía mantener hasta los primeros 7 meses de edad de la aplicación.
Por otro lado, los autores notaron que, entre las aplicaciones sensibles a la privacidad, las que se lanzaron después de marzo del año 2020 en Estados Unidos tuvieron un mejor rendimiento que aquellas que fueron lanzadas en EU5 durante el mismo periodo.
En particular, en Estados Unidos, el 9% de los usuarios de las mejores 200 aplicaciones provenía de las aplicaciones sensibles a la privacidad que habían sido lanzadas después de marzo del año 2020. Este porcentaje fue superior al observado en EU5 hasta finales del año 2020. Interesantemente, esta ventaja se revierte cuando se analizan las aplicaciones menos intensivas en la obtención de información y uso de datos del usuario. En otras palabras, las aplicaciones que involucraron un menor uso de datos del usuario tuvieron un mejor rendimiento en EU5 que en Estados Unidos durante el primer año de la pandemia (Gráfico N°2).
Gráfico N°2: Rendimiento de las aplicaciones móviles lanzadas durante la pandemia según región y uso de datos personales
Chile es el país que cuenta con la tasa de penetración móvil más alta de América Latina. De acuerdo con una encuesta realizada por la consultora Criteria, a partir de las primeras cuarentenas, el uso de dispositivos móviles en el país aumentó, en promedio, de 18 a 22 horas semanales (Diario Estrategia, 2021).
En Chile, la pandemia del Covid-19 presionó a que muchos comercios y emprendedores se vieran obligados a adentrarse en el mundo digital por medio de aplicaciones transaccionales. Las aplicaciones transaccionales son plataformas que se instalan en los teléfonos celulares y permiten que los usuarios registrados puedan ver y adquirir productos y servicios con métodos de pago electrónicos (Ruiz, 2022).
En línea con lo anterior, en un informe elaborado por la empresa Entel, mostró que la categoría de aplicaciones que más aumento entre los años 2020 y 2021 fueron las de “delivery” (245%), seguida por las redes sociales (192%) y las aplicaciones de transporte (80%) (Quiroz, 2022). En línea con el Estudio analizado en las secciones anteriores, todas estas aplicaciones corresponderían al tipo de plataformas que involucran un traspaso importante de información privada de los usuarios.
Si bien Chile aun no cuenta con una política de regulación de recopilación e intercambio de datos comparable con la de Estados Unidos o Europa, sigue siendo interesante cómo la pandemia cambió la dinámica de estos mercados, marcado por un fuerte aumento en el uso de aplicaciones móviles y un cambio en los hábitos de los consumidores. Según expertos, los chilenos perciben una mayor confianza en las aplicaciones móviles porque, a diferencia de la web, es menos probable encontrarse con aplicaciones fraudulentas que imiten a una original.
Sin duda, la pandemia significo un shock muy fuerte en el uso de aplicaciones móviles, tanto por el lado de la demanda, como por el lado de la oferta. El Estudio analizado muestra que las aplicaciones móviles lanzadas durante la pandemia, y que involucran un mayor uso de datos personales del usuario, fueron más exitosas en Estados Unidos que en Europa.
El análisis descriptivo ofrecido por este Estudio es un primer paso para indagar sobre los potenciales efectos que podrían tener las políticas de privacidad de datos del usuario en la competencia de los mercados de aplicaciones móviles. En este sentido, esta evaluación no deja de ser interesante en el contexto chileno. A pesar de que Chile no cuente con un marco regulatorio comparable al de Estados Unidos o Europa (en materia de uso de datos y privacidad), la pandemia involucró un cambio sustancial en el uso de las aplicaciones móviles. Podría pensarse que Chile debiera comportarse como EE.UU., en relación con aplicaciones sensibles a la privacidad, pero carecemos de un estudio como el que se comenta para confirmar esa hipótesis.