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Competencia Perfecta

1. Marco General

El modelo de competencia perfecta constituye un marco de referencia esencial en la teoría económica, proporcionando una base para entender el funcionamiento de los mercados en un entorno sin fricciones.

Los principales supuestos para que se configure un mercado de competencia perfecta son: (i) la existencia de un gran número de agentes económicos; (ii) la homogeneidad de los productos; (iii) la disponibilidad de información perfecta; y (iv) la ausencia de barreras de entrada o salida.

Considerando estos supuestos, el modelo de competencia perfecta predice que el costo marginal se igualará al precio de mercado, lo que conduce a la maximización del bienestar social al asignar los recursos de manera eficiente.

En la práctica, es difícil encontrar mercados que cumplan todos los supuestos del modelo de competencia perfecta. Sin embargo, la virtud de este modelo no radica en su capacidad para representar fielmente los mercados reales, sino en su función como punto de referencia teórico para evaluar las consecuencias en el bienestar que generan otras estructuras de mercado más realistas -como los oligopolios-, las fallas de mercado o conductas anticompetitivas. De este modo, el resultado obtenido en un mercado perfectamente competitivo, comúnmente denominado “escenario competitivo», sirve como un estándar al que apunta la aplicación de la normativa de libre competencia.

En lo que sigue, repasamos el modelo de competencia perfecta, sus principales implicancias y contrapesos. Adicionalmente, revisamos dos casos de libre competencia en que este modelo fue empleado como referencia teórica.

2. Modelo
2.1 Supuestos del modelo

Los supuestos básicos del modelo de competencia perfecta son los siguientes:

  • Existencia de un gran número de consumidores y empresas. Así, cada consumidor demanda solo una pequeña fracción de la demanda total del mercado, y cada empresa ofrece solo una pequeña porción de la oferta total del mercado.
  • Los productos que se ofrecen son homogéneos. Esto significa que los consumidores no pueden distinguir de qué empresa proviene una unidad específica del bien. Por tanto, son perfectos sustitutos en términos de utilidad.
  • Las empresas poseen información perfecta sobre la función de demanda del mercado y los costos de producción de sus rivales. Asimismo, los consumidores poseen pleno conocimiento sobre sus alternativas de compra. En especial, es importante que la información manejada por los distintos actores sea simétrica, garantizando condiciones de competencia equitativas.
  • En este mercado, no existen barreras de entrada ni salida para las empresas. Esto implica que, ante un aumento de los beneficios de la industria (p. ej., precios de venta altos), nuevas empresas pueden ingresar al mercado con facilidad. Por el contrario, si se producen pérdidas, las empresas pueden salir del mercado y transferir sus factores de producción a actividades más rentables.

Si se cumplen estos supuestos, las empresas y los consumidores se vuelven “tomadores de precio” o “precio-aceptantes”, es decir, actúan como si los precios fuesen independientes de su comportamiento (Church & Ware, 2000). Esto implica que ninguna empresa o consumidor tiene el poder de influir, individualmente, en el precio de mercado.

2.2 Maximización de beneficios

Supondremos que las empresas maximizan sus beneficios seleccionando la cantidad del bien que ofrecerán en el mercado, ponderando los ingresos y costos asociados a dicha decisión de producción.

Sea \pi_{i} la función de beneficios de la empresa “i”:

\pi_{i}=IT(q_{i})-CT(q_{i})

Donde IT(q_{i}) corresponde a los ingresos totales de la firma “i”, definidos como el precio multiplicado por la cantidad vendida:

IT(q_{i})=pq_{i}

A su vez, CT(q_{i}) describe la función de costos totales de la empresa “i”, dependiente de la cantidad producida.

En economía, el procedimiento estándar para optimizar una función objetivo —en este caso, maximizar la función de beneficio de la empresa “i”— es derivar en función de la variable de decisión —en este caso, la cantidad producida (q_{i})— y aplicar la condición de primer orden. Sin perjuicio de que esto se explicará más adelante, en palabras sencillas, aplicar la condición de primer orden consiste en encontrar el punto donde esta derivada es igual a cero, lo que permite encontrar la cantidad que maximiza los beneficios de la empresa.

Derivar la función de beneficio con respecto a q_{i} (\pi'_{i}) nos dice cómo cambia el beneficio de la empresa “i” cuando esta decide producir una unidad adicional de producto. Dicho cambio puede descomponerse en dos efectos: ingreso marginal y costo marginal:

\pi'_{i}=IT'(q_{i})-CT'(q_{i})

El ingreso marginal (IMg) de la empresa “i” se define como los ingresos percibidos por vender una unidad adicional del bien. Matemáticamente, este se calcula como la derivada de la función de ingresos totales, IT(q_{i}):

IMg_{i}=IT'(q_{i})

En este caso, dado que las empresas son tomadoras de precios -el precio de mercado permanece constante ante cambios en la producción de una empresa individual-, los ingresos marginales de la empresa “i” son constantes e iguales al precio de mercado (p).

IMg_{i}=p

Por otro lado, el costo marginal (CMg) se define como el cambio en el costo total que resulta de la producción de una unidad adicional. Este se calcula como la derivada de la función de costos totales, CT(q_{i}):

CMg_{i}=CT'(q_{i})

La condición de primer orden es una regla que indica que la cantidad óptima —aquella que maximiza el beneficio de la empresa “i”— se encuentra en el punto en que la derivada de la función de beneficio es igual a 0. La intuición es que, si la empresa “i” decide producir una unidad más o una menos desde este punto, su beneficio empezará a disminuir.

Así, derivando en función de q_{i}, la condición de primer orden es:

\pi'_{i}=0

IT'{(q_{i})}-CT'{(q_{i})}=0

IMg-CMg=0

Reordenando términos:

IMg=CMg

De esta forma, una empresa producirá unidades del bien hasta que el costo marginal se iguale al ingreso marginal.

En efecto, cuando el costo marginal es mayor que el ingreso marginal (CMg>IMg), producir una unidad adicional del bien resulta en una pérdida para la empresa -el costo de producir una unidad adicional supera el ingreso que se obtiene por ella-. Así, en este punto, la empresa buscará reducir la producción. Por el contrario, cuando el costo marginal es menor que el ingreso marginal (CMg<IMg), producir una unidad adicional del bien aumenta los beneficios de la empresa -el ingreso que se obtiene por producir una unidad adicional del bien supera el costo de producirla-. En esta situación, la empresa buscará aumentar su producción. De esta manera, el equilibrio se alcanza en el punto en que ambos términos se igualan (CMg=IMg), pues la empresa no tiene incentivos para aumentar o disminuir su producción.

Considerando que en este modelo el ingreso marginal de una empresa es igual al precio de mercado, la empresa “i” maximizará sus beneficios en el nivel de producción en que sus costos marginales se igualan al precio de mercado:

p=CMg_{i}

2.3 Equilibrio de corto plazo

¿Cuál es la magnitud de los beneficios resultantes? En el corto plazo, la respuesta depende de la relación existente entre los ingresos medios y los costos medios de la empresa “i”.

Los costos medios (CMe_{i}) son los costos totales divididos por la cantidad total de unidades producidas. Similarmente, los ingresos medios de la empresa “i” se definen como los ingresos totales divididos por la cantidad producida (IMe_{i}).

Los beneficios de la empresa se determinan comparando ambos términos. Si el IMe_{i} es mayor que el CMe_{i}, la empresa obtiene beneficios positivos (denominados “beneficios extraordinarios”), pues los ingresos por unidad superan los costos por unidad. Si el IMe_{i} es igual que el CMe_{i}, la empresa no obtiene ganancias ni pérdidas; todos los recursos invertidos en la producción se recuperan, pero no se obtiene un excedente económico. Finalmente, si el IMe_{i} es menor que el CMe_{i}, la empresa incurre en pérdidas.

Se puede verificar que, en este contexto, los ingresos medios de una empresa equivalen al precio de mercado:

IMe_{i}=\frac{IT(q_{i})}{q_{i}}=\frac{pq_{i}}{q_{i}}=p

Luego, mientras el precio de mercado sea superior al costo medio de la empresa “i”, esta obtendrá beneficios extraordinarios. El Gráfico N°1 ilustra este escenario:

Gráfico N°1: Equilibrio para una firma en el corto plazo

Elaboración propia

Como se mencionó, la empresa “i” fija su producción en el nivel donde su costo marginal (CMg) se iguala al ingreso marginal (IMg), que, a su vez, corresponde al precio de mercado (P^{*}). Dado que, en este punto, el precio de mercado es superior al costo medio de la empresa “i”, esta percibe beneficios extraordinarios, representados por el área sombreada en el Gráfico N°1.

2.4 Equilibrio de largo plazo

En el largo plazo, en un mercado con libre entrada y salida de competidores, la existencia de beneficios positivos atrae la entrada de nuevas empresas al mercado. La presión competitiva ejercida por los productores entrantes reduce el precio hasta que, en el extremo, ninguna empresa percibe beneficios extraordinarios en equilibrio.

El Gráfico N°2 representa esta situación para la empresa “i”:

Gráfico N°2: Equilibrio para una firma en el largo plazo

Elaboración propia

En este punto, el precio (P^{*}) se iguala al costo marginal (CMg_{i}) y costo medio (CMe_{i}) de las empresas más eficientes del mercado (aquellas con los costos más bajos). Las empresas menos eficientes -aquellas cuyo costo medio, en equilibrio, se encuentra por sobre del precio de mercado- obtienen beneficios negativos (pérdidas) y se ven forzadas a abandonar el mercado. Así, el modelo cumple con el objetivo de eficiencia productiva: los bienes se producen al nivel de costos más bajo posible.

¿Cómo se determina el precio de equilibrio? A partir de la interacción agregada entre la oferta y demanda del mercado (Gráfico N°3).

Gráfico N°3: Equilibrio agregado del mercado

Elaboración propia

Por un lado, la curva de demanda (línea azul en el Gráfico N°3) representa cómo varía la cantidad demandada de un bien -por parte de los consumidores- ante cambios en su precio. Esta presenta una pendiente negativa: a medida que el precio del bien aumenta, la cantidad demandada disminuye, y viceversa. Esto se debe a que la disposición de los consumidores a pagar por una unidad adicional del bien disminuye a medida que aumenta su disponibilidad (Parkin, 2009).

A su vez, la curva de oferta (línea roja en el Gráfico N°3) representa cómo varía la cantidad ofrecida de un bien -por parte de los productores- ante cambios en su precio. Esta presenta una pendiente positiva: a medida que el precio del bien aumenta, la cantidad ofrecida también aumenta, y viceversa. Similarmente, la pendiente positiva de la curva de oferta puede explicarse mediante la disposición a vender de los oferentes: conforme la producción aumenta, el costo marginal de cada productor tiende a incrementarse, y, por ende, los precios a los que los productores estarán dispuestos a vender también aumentan a lo largo de la curva de oferta.

El mercado alcanza su equilibrio en el punto de intersección entre las curvas de oferta y demanda. En este punto, el precio (P^{*}) es tal que la cantidad demandada y ofrecida se igualan (Q^{*}), sin generar escasez ni excesos de demanda u oferta.

Este resultado cumple con la propiedad de eficiencia asignativa al maximizar el bienestar general de la sociedad, medido a partir del excedente del consumidor -la diferencia entre lo que los consumidores están dispuestos a pagar por un bien y lo que realmente pagan- y el excedente del productor -la diferencia entre el precio al que se vende un bien y su costo de producción-.

3. Fallas de mercado

A pesar de sus propiedades de eficiencia y bienestar, es difícil replicar los resultados de un modelo perfectamente competitivo en la realidad. En esta línea, las fallas de mercado se definen como circunstancias o factores que impiden que los mercados asignen los recursos de forma eficiente, desafiando los supuestos que subyacen al modelo de competencia perfecta y, por tanto, su aplicación directa en la práctica.

Las principales categorías de fallas de mercado son: (i) externalidades; (ii) bienes públicos y recursos comunes; (iii) poder de mercado; e (iv) información asimétrica.

Externalidades

Las externalidades ocurren cuando las decisiones de compra y venta de un producto o servicio afectan el bienestar de un tercero, al que no se le paga ni compensa por dicho efecto (Mankiw, 2012). En estos casos, los precios de mercado no reflejan los efectos secundarios asociados a la producción o consumo de estos bienes, de forma que el equilibrio competitivo no es eficiente para la sociedad en su conjunto.

Bienes públicos y recursos comunes

Por un lado, los bienes públicos se caracterizan por ser bienes no excluyentes y no rivales: todos pueden consumir el bien de manera simultánea, y a nadie se le puede impedir que disfrute de sus beneficios. Esto produce el incentivo en los consumidores de actuar como “parásitos” o “free riders”.

Por otro, los recursos o bienes comunes son bienes rivales, pero no excluyentes: a nadie se le puede impedir que haga uso del bien, pero su consumo reduce la cantidad disponible para otros. La falta de incentivo para impedir la sobreexplotación y agotamiento de los recursos comunes se conoce como “tragedia de los comunes” (Hardin, 1968).

Estas características impiden que el mercado asigne los recursos de manera óptima, resultando en una pérdida de eficiencia económica y bienestar social.

Poder de mercado

Como vimos, en un mercado perfectamente competitivo, las empresas no tienen la capacidad para subir los precios por encima de sus costos marginales, es decir, no poseen poder de mercado. Sin embargo, en la práctica, es común que las empresas posean algún grado de poder de mercado. Esto conlleva una pérdida de eficiencia y, por lo tanto, de bienestar social. 

Información asimétrica

Como ya se revisó, la información perfecta es uno de los supuestos base del modelo de competencia perfecta. Sin embargo, en la vida real, es común que algunos actores dispongan de más información que otros. Esta situación, denominada información asimétrica, puede causar ineficiencias en el mercado, como la subproducción o reducción de la calidad de los productos. Algunas de las fallas de mercado generadas por la asimetría de información más conocidas son el riesgo moral y la selección adversa.

4. Aplicaciones

Aunque es difícil aplicar directamente el modelo de competencia perfecta en la práctica, este provee un valioso marco teórico y estándar normativo para la aplicación del derecho de competencia.

A continuación, revisamos dos casos de libre competencia donde este modelo fue utilizado como referencia teórica para la evaluación de potenciales prácticas anticompetitivas.

4.1 Fedeleche c. Soprole S.A. y otras por demanda

El 27 de agosto de 2014, la Federación Gremial de Productores de Leche (“Fedeleche”) presentó una demanda ante el TDLC en contra de un grupo de empresas procesadoras de leche (Soprole, Sociedad Procesadora de Leche del Sur, Nestlé y Watt’s). Estas entidades fueron acusadas de ejercer poder de compra, impidiendo que el mercado de la leche cruda se desarrollase de manera competitiva.

En este contexto, Fedeleche presentó un informe económico titulado “Un análisis económico de la compra de leche cruda en Chile”, elaborado por los economistas Fernando Díaz, Alexander Galetovic y Ricardo Sanhueza. En dicho informe, los autores argumentaron que la compra de leche cruda se asemeja a un mercado competitivo, y evaluaron si las demandadas efectivamente ejercieron poder de compra para distorsionar el comportamiento habitual de este mercado.

Bajo la argumentación de los autores, la demanda de leche cruda es una demanda derivada de la demanda de leche en polvo, la cual es un commodity transable en el mercado global. Por lo tanto, el precio de compra local de leche cruda debería determinarse por el precio internacional de la leche en polvo; y tanto procesadores como productores de leche nacionales serían tomadores de precios. Esto implica que shocks en la oferta y demanda internas deberían afectar las cantidades exportadas de lecha cruda, pero no su precio. Como vimos, esta es una característica fundamental de un mercado perfectamente competitivo.

Considerando lo anterior, los autores señalaron que cualquier variación en el precio internacional debería reflejarse completamente en el precio de la leche cruda local y, en consecuencia, en los ingresos de los productores.

Sin embargo, los episodios revisados en el informe evidenciaron un aumento del diferencial entre precios internacionales y locales de leche cruda, siendo esto un fenómeno inconsistente con un mercado competitivo. Tras considerar explicaciones alternativas, los autores concluyeron que estos resultados indicaban el ejercicio de poder de compra por parte de las demandadas. Según esta tesis, las acusadas (procesadoras de leche), abusando de su poder de compra, se apropiaban de parte de las rentas económicas que, en un mercado competitivo, deberían haberse radicado en los productores de leche.

A pesar de los argumentos esgrimidos en el informe, y los demás antecedentes presentados en la causa, el TDLC decretó el abandono de la demanda contra las empresas lácteas (con expresa condena en costas), acogiendo los argumentos promovidos por Soprole S.A. y Nestlé Chile S.A. Esta decisión se fundamentó principalmente en la inactividad por parte de la demandante ante la autoridad de competencia.

4.2 Caso Panaderías Pamplona

Como se ha mencionado, es poco probable observar mercados perfectamente competitivos en la realidad. Sin embargo, existen mercados altamente competitivos que se asemejan bastante al modelo de competencia perfecta.

La industria del pan, y más específicamente la comercialización de este producto, comparte ciertas similitudes con un mercado perfectamente competitivo. Este mercado se caracteriza por su alta atomización, es decir, está compuesto por un gran número de oferentes, cada uno de los cuales satisface una pequeña parte de la demanda de pan. Además, el pan es un producto razonablemente homogéneo y las barreras a la entrada para los competidores potenciales son bajas.

Esta descripción se alinea con la caracterización del sector panadero realizada por la -entonces llamada- Comisión Nacional de la Competencia (“CNC”) en España, durante la investigación de un posible acuerdo entre empresas panaderas en 2013. La autoridad destacó que este era un sector extremadamente atomizado, especialmente en la fase de venta al consumidor final, con aproximadamente 170.000 empresas españolas activas en esta industria.

No obstante, la investigación del caso se centró en una zona geográfica más acotada: la comuna de Pamplona. En esta localidad, la industria era menos competitiva; una de las empresas demandadas contaba con una cuota de mercado considerablemente mayor a sus rivales, configurando, según la tesis de las empresas acusadas, una estructura de mercado líder-seguidor.

La CNC encontró evidencia de un aumento de precios simultáneo y en la misma cuantía que, según la autoridad, no era compatible con una lógica de seguimiento de líder propia de esta estructura de mercado.

Así, la CNC resolvió que las empresas se habían puesto de acuerdo para aumentar de forma artificial los precios del pan, en desmedro de los consumidores. En consecuencia, las empresas responsables de la conducta infractora fueron sancionadas con multas desde 46.793 euros hasta 1.785.000 euros, dependiendo del volumen de negocios de las empresas.

Enlaces Relacionados

Church, J. R., & Ware, R. (2000). The Welfare Economics of Market Power. Industrial organization: a strategic approach (pp. 19-43). Homewood, IL.: Irwin McGraw Hill.

Mankiw, N. G. (2012). Principles of Economics (6th ed.). Harcourt College Publishers.

Parkin, M. (2009). Economics (8th ed.). Addison-Wesley Inc., Reading, Massachusetts.