Newsletter
Suscríbete a nuestro Newsletter y entérate de las últimas novedades.
Dentro de las prolíferas publicaciones y libros que han surgido para comentar o tratar de explicar los sucesos que vivimos en Chile tras el estallido social, “El modelo en la encrucijada” de Ricardo Paredes y Rodrigo Castillo sobresale por su aporte desde una mirada esencial: la perspectiva económica y de los datos duros.
Esto no es una sorpresa considerando el background de los autores del libro. Paredes es economista de la Universidad de Chile, Master y PhD en Economía de la Universidad de California, UCLA, y actualmente se desempeña como Ministro Titular del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC). Castillo es abogado de la Universidad de Chile, Director Ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas y Director Académico del Diplomado en Regulación de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI).
A continuación, realizamos una breve reseña del libro y comentamos el evento de su lanzamiento, organizado por la UAI en diciembre pasado, que contó con la participación del rector de la Universidad, Harald Beyer, la abogada Nicole Nehme y la actriz Javiera Parada.
El propósito del libro consiste en desentrañar el contenido del concepto “comodín” (como ellos lo denominan) que se ha utilizado para tratar de explicar el malestar que habría provocado el estallido social a finales del 2019: el modelo chileno.
A juicio de los autores, “[c]uando las explicaciones para hechos tan multifactoriales se condensan en un término tan impreciso, ellas no son útiles, por lo menos no desde la perspectiva de la política pública”.
¿Cuál es ese modelo? ¿Es una política de desarrollo coherente y pensada desde sus inicios como una de corte neoliberal? ¿O la historia demuestra que dista de ser algo tan prístinamente distinguible? Estas preguntas tan esenciales, analizadas desde los hechos concretos que marcaron las políticas públicas implementadas en Chile desde 1973 (e incluso antes), son las que pretenden responder los autores.
El propósito del análisis es claro: desenmarañar esta cuestión nos permitiría identificar qué parte de ese modelo requiere cambios y en qué dirección, sobre todo de cara al nuevo proceso constituyente que se avecina. Ello, según los autores, favorecería una salida de política pública constructiva y duradera al descontento social que nos aqueja.
Según Castillo y Paredes, a pesar de que los datos duros demuestran los indesmentibles logros económicos y sociales de Chile en los últimos 30 años, las críticas sobre la inequidad surgida a partir de las políticas implementadas en dictadura y concretadas en la transición generaron el germen de la incomodidad en nuestro país.
Al inicio y final del libro los autores entregan un diagnóstico sobre esta supuesta paradoja, a partir del análisis de las políticas públicas efectivamente implementadas en Chile: serían los aumentos significativos en la cobertura y provisión de muchos bienes y servicios, pero con una calidad baja, los que explicarían en parte esta percepción de desigualdad.
Sin embargo, ¿Se sustenta dicha percepción en un modelo diseñado por un grupo homogéneo de personas instruidas en la Universidad de Chicago? ¿O la respuesta no es tan simple como esa? Alegar simplemente la ignorancia de los manifestantes sobre los logros del país sería una respuesta tanto incorrecta como inútil para lograr una salida de largo plazo a la crisis. Los autores van más allá.
El capítulo III nos entrega una conclusión relevante: la caricatura de un modelo neoliberal que sólo acepta un orden social legítimo desde la espontaneidad de los miembros de la sociedad (el también llamado liberalismo del laissez faire) no calza con una parte sustantiva de las políticas que han constituido “el modelo chileno”.
Con todo, especial atención merecen los capítulos IV y V del libro, por ser los más esclarecedores para entender el contenido del modelo chileno.
Según relatan los expertos en el capítulo IV, ya las primeras medidas tomadas en dictadura no dijeron relación con una ideología identificable, sino con dar una respuesta a un problema de estabilización macroeconómica. Estas medidas no se alejaron mucho de las que se implementaron en países socialdemócratas en Europa. Tampoco había dentro de quienes apoyaron el golpe de Estado una visión clara sobre estos asuntos, ni mucho menos una que no encontrara oposición dentro del mismo sector.
A juicio de los autores, sería incorrecto envolver dentro de un mismo paquete la represión y la violación de derechos humanos ejecutada por la dictadura, con la evaluación de las primeras medidas económicas adoptadas bajo esta, de un corte más técnico.
Sin embargo, pasados los primeros años de ajuste de la dictadura, Castillo y Paredes explican que sí es posible identificar la implementación de elementos de la esencia del “modelo”.
Un primer elemento distinguible y fundamental se formó a partir de las políticas que “ataron de manos” al Estado, que pusieron límites a la discrecionalidad del aparataje público en lo que respecta a las áreas y empresas a promover a través de la política pública.
El segundo elemento efectivo sería el cambio en la provisión de servicios desde empresas del Estado hacia el sector privado. En este punto, las políticas con mayor notoriedad pública son aquellas implementadas en educación, previsión social y salud. Según los autores, ello no significó un retiro completo del Estado sobre la garantía de acceso a estos servicios, sino una apertura para que el sector privado entrara en condiciones no discriminatorias. Ello habría permitido la fuerte y rápida ampliación de la cobertura de dichas garantías. Aquí Castillo y Paredes hacen frente a las críticas que postulan el abandono del Estado en áreas sociales esenciales. Como explican con mayor detalle en el capítulo V, lo cierto es que, en sectores como salud y previsión, el rol del Estado chileno (consolidado en época de democracia) ha sido uno de regulador, pero también de fuerte financiamiento.
La tercera característica de configuración del modelo chileno es la laxitud regulatoria frente a la iniciativa privada que sustituyó la acción del Estado. En materia de libre competencia, por ejemplo, los autores señalan que la política antimonopolio en sus primeros años de vida no estuvo preparada y simplemente “soslayó abusos”. A pesar de reconocer que, tras sus progresivas reformas, la actual legislación de competencia se solidificó, los autores reconocen que ello tomó demasiado tiempo y respondió a “una visión ingenua respecto de la operación de las empresas”. En otras áreas como el sector financiero y el sistema educacional, Castillo y Paredes también identifican políticas públicas tardías o ineficientes.
Con todo esto a la vista, los expertos revelan que más que una construcción rígida e inmutable, “lo que hoy podemos identificar como el modelo se ha desarrollado, adaptado, cambiado, en un proceso casi ininterrumpido desde su origen”. Esta idea se concretiza en mayor medida en el Capítulo V del libro, donde los autores repasan con detalle las políticas implementadas en democracia y que generaron correcciones significativas al “modelo” (con mayor énfasis en lo social), en áreas como transporte, salud, educación, previsión social, regulación antimonopolio, privatizaciones de empresas públicas y aguas.
Los diagnósticos de los autores son fundamentales para el capítulo de cierre del libro, puesto que dan luces para el camino que debería tomar el debate constitucional. A pesar de reconocer que las críticas al “modelo chileno” difícilmente podrían solucionarse a través de una nueva Constitución, Castillo y Paredes no le dan poco valor al proceso constitucional: “[u]na Constitución que surja de un diagnóstico compartido será más legítima no solo por el proceso que la lleve a cabo, sino porque será más clara y entendible”, señalan.
La perspectiva de los autores no es imparcial. Podría ser calificada austeramente como una mirada de corte liberal. Sin embargo, ello no desacredita el mérito de la obra: una que dialoga desde los datos, desde la historia, sin desconectarse de la realidad. El énfasis en cómo esos datos se plantean y esa historia se cuenta puede ser rebatida, pero el nivel del debate que propician Castillo y Paredes es digno de celebrar, sobre todo en medio de una discusión que rehúye a esos elementos tan esenciales.
En línea con esta reseña, vale la pena también referirnos a los comentarios vertidos en el lanzamiento del libro. El evento organizado por las Facultades de Derecho y de Ingeniería y Ciencias de la UAI, a inicios de diciembre, contó con la participación de la abogada Nicole Nehme y la actriz Javiera Parada como comentaristas.
En sus palabras de bienvenida, Harald Beyer, rector de la UAI, destacó el escepticismo de los autores frente a las diversas explicaciones que han surgido respecto a la crisis social que vivimos desde el pasado octubre de 2019. Ese escepticismo, a juicio del rector, es sano y reconfortante. El análisis del libro, a su parecer, enriquece el análisis muchas veces simplista que ocurre en el país respecto de las temáticas relevantes asociadas al modelo, sobre todo de cara al debate constitucional.
La decana de la Facultad de Derecho, Isabel Aninat y el decano de la facultad de ingeniería y Ciencias, Carlos Jerez, también se sumaron a las palabras de Beyer, destacando el aporte de los autores al debate constitucional con datos, información y análisis profundos.
Por su parte, Nicole Nehme, socia de FerradaNehme y abogada especialista en libre competencia y regulación económica, advirtió que el libro se trata de una contribución esencial a la reflexión serena, ponderada y empática respecto a nuestro sistema económico, la pertinencia de cambiarlo y, en tal caso, con qué resguardos hacerlo.
Según la abogada, el libro responde a las preguntas sobre el “modelo chileno” desde la humildad y una lógica no presuntuosa, reconociendo los aciertos y debilidades de las distintas posiciones. Además, expresó la experta, el problema se aborda desde la economía y políticas regulatorias –el área de experticia de los autores-, pero entendiendo que esa perspectiva tiene un límite intrínseco a dicha disciplina: esta debe ser complementada –y complementar– a las demás disciplinas que tienen algo importante que aportar al debate en torno al sistema económico y político que queremos para el país.
La pregunta que se encuentra en el fondo de las interrogantes planteadas en libro es cómo podemos combinar los debates de eficiencia y justicia, señaló la abogada. A su juicio, la respuesta de los autores va hacia una mirada de integración multidisciplinaria y desde una oposición al dogmatismo.
Por otro lado, Javiera Parada destacó el aporte fundamental que el libro tendrá en el debate actual, precisamente porque permite mirar ciertos problemas y buscar soluciones fuera de los dogmas y fetiches conceptuales que a veces parecen inundar el debate público.
Según la expositora, el libro cimienta algunas de las bases de los caminos que las políticas públicas tienen que recorrer para construir un capitalismo más humano y justo.
Ricardo Paredes y Rodrigo Castillo, El modelo en la encrucijada (Santiago de Chile: Ril Editores, 2020). Ver aquí