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El pasado 4 de octubre el Parlamento Europeo aprobó, de forma contundente (602 votos a favor, 13 en contra y 8 abstenciones), una propuesta de la Comisión Europea para modificar a la Directiva 2015/53/UE que establece normas para la comercialización de equipos radioeléctricos (el texto aprobado está aquí). Estas modificaciones incluyen, entre otras cosas, la adopción de un puerto de carga universal (puerto USB-C), independiente de la marca, para dispositivos electrónicos portátiles.
El paquete de medidas también incluye: (i) una armonización de la tecnología de carga rápida, lo que ayudará a que los dispositivos tengan un estándar común de carga, independiente del cable que utilicen, y así garantizar un nivel mínimo de rendimiento; (ii) venta por separado de cargadores y dispositivos, lo que permitirá a los consumidores poder comprar (a un precio menor) dispositivos que no incluyen el cable de carga en su paquete, y así limitar el número de cargadores no deseados o sin utilizar; y (iii) una mejora de la información dirigida a los consumidores. Además, la reforma legal incluye un apartado que obliga a las empresas a expresar de forma clara la potencia requerida para cargar el dispositivo, si acaso este incluye un cargador o no, y si admite la tecnología de carga rápida.
Según se indica en el preámbulo de la Directiva aprobada por el Parlamento Europeo, la interoperabilidad entre dispositivos electrónicos y sus accesorios (como los cargadores) se ha visto obstaculizada por la existencia de diferentes interfaces de carga y protocolos de comunicación. Por ello, de acuerdo al órgano legislativo de la Unión Europea (UE), resultaba necesario imponer requisitos para lograr que las empresas adopten “un grado común de interoperabilidad”. Lo anterior, con un doble fin: favorecer a los consumidores y reducir los residuos medioambientales.
La nueva ley se enmarca en una estrategia amplia de la UE (a través de la Comisión y el Parlamento) que tiene como objetivo reducir los residuos electrónicos (e-waste) e informar a los consumidores para que puedan tomar decisiones más sostenibles, con el fin de transitar progresivamente a una economía circular. Al respecto, resulta ilustrativo ver la publicación realizada por la comisionada Margrethe Vestager (vicepresidenta de la Comisión Europea) en redes sociales, el día de la votación de la propuesta en el Parlamento Europeo:
Según informa el Parlamento Europeo, los consumidores se ahorrarán hasta € 250 millones al año en compras innecesarias (por comprar varios cables de carga) y se espera una reducción importante en residuos electrónicos (de al menos mil toneladas anuales).
Las principales críticas del proyecto han provenido de la empresa Apple, que cuenta con un puerto de carga (Lightning), distinto al convencional, o al que se impondrá próximamente bajo el nuevo texto de la Directiva. Así, durante la tramitación del proyecto señalaron que la estandarización de un puerto único de carga limitaría la innovación, ya que genera barraras de entrada para nuevas tecnologías (como la USB-D), y además limitaría las posibles mejoras de la tecnología que hoy en día se encuentra en el mercado.
La reforma indica que luego de 24 meses contados desde su aprobación, es decir, a finales del año 2024, las empresas solo podrán vender dispositivos con las características que se indicaron anteriormente. Es de esperar que esto afecte a Apple (entre otras empresas) en la producción de sus productos, ya que deberán cambiar la entrada de carga de todos sus dispositivos electrónicos móviles.
Por último, cabe notar que la reforma también se pone en la hipótesis de que exista un cambio en la tecnología de soluciones de carga, pudiendo transitar al desarrollo de dispositivos sin cables de carga (es decir, inalámbricos).
La discusión comenzó el año 2009, cuando Apple y otros grandes líderes tecnológicos, como Nokia y Samsung, firmaron un memorándum de entendimiento voluntario en donde se comprometieron a proporcionar, a los consumidores, cargadores compatibles con puertos micro-USB. El resultado de este acuerdo fue una reducción de 30 a 3 tipos de puertos de entrada. Sin embargo, Apple continuó comercializando sus dispositivos con entrada única, pero utilizando un adaptador para ser compatible con el acuerdo.
El año 2014 se aprobó por parte el Parlamento Europeo la “Directiva 2014/53/UE sobre comercialización de equipos de radio”. En esta Directiva se enfatizó la importancia de desarrollar un cargador común. Sin embargo, Apple siguió insistiendo en que sus dispositivos más delgados no podrían adaptarse a la nueva tecnología USB-C y, finalmente, el año 2021 rechazó la opción de cambiarse a una tecnología del estilo USB-C, indicando que les costaría aproximadamente USD 2.000 millones.
Finalmente, el mes de octubre de 2022, el paquete con las 4 medidas específicas se terminó aprobando con una amplia mayoría del Parlamento Europeo.
Antes de presentar su propuesta de reforma, la Comisión Europea encargó diferentes informes y estudios en donde se buscó evaluar el impacto que esta nueva ley puede tener en los consumidores. El año 2019, por encargo de la Comisión Europea, las empresas Ipsos Fraunhofer y Trinomics, evaluaron la factibilidad técnica de la implementación de un cargador común y sus probables impactos sociales y medioambientales, a través de un estudio de impacto de una regulación de cargadores comunes.
El estudio indicó que el 84% de los encuestados han experimentado problemas relacionados con los cargadores de sus teléfonos en los últimos 2 años. Dentro de los problemas más comunes que indican los usuarios está la incapacidad para cargar ciertos dispositivos (por tener otro puerto de entrada), tener demasiados cargadores en sus hogares y/o lugar de trabajo, y la confusión de cuál cargador funciona para los distintos dispositivos que poseen.
Por otro lado, el estudio también señala que la fabricación de cada cargador requiere de materias primas, que su producción y trasporte genera emisiones de CO2, y que cuando estos ya no se utilizan generan desechos electrónicos. Entre mayor sea el número de cargadores producidos y posteriormente desechados, mayor será el impacto medioambiental negativo. En estos términos, el estudio constata que los cargadores de teléfonos móviles son responsables de alrededor de 11.000 a 13.000 toneladas de e-waste.
Con el fin de complementar el primer informe, el año 2021 se encargó a las mismas empresas un segundo estudio de impacto. Este se centró principalmente en determinar las vías necesarias para generar una interoperabilidad correcta que realmente beneficie a los consumidores y rellenar algunos vacíos y dudas que surgieron con el primer estudio (revisa el informe final aquí).
De este modo, se encontró que el 55% de los consumidores no son plenamente conscientes de la interoperabilidad existente (p. ej., desconocen si el cargador de su móvil también puede ser utilizado para cargar su tablet o algún otro dispositivo portátil). Por lo tanto, el estudio concluye que solo mejorando o brindando mejor información a los usuarios se puede reducir la compra de cargadores.
Por último, en este segundo estudio se indicó que efectivamente se vería reducida la venta de cargadores por separado, pero que su impacto sería menor (una reducción de un 4% al 2030). Esto pues, en general, los dispositivos móviles se venderán con cable incluido (venta atada), por lo tanto, solo se reducirá la venta de cables de carga por separado.
Por su lado, la gigante de Estados Unidos también encargo una serie de estudios para evaluar el impacto de esta ley en los consumidores. La empresa consultora Copenhagen Economics, realizó un estudio el 2019 en donde advierten que los consumidores le asignan un gran valor a tener las tecnologías más innovadoras del mercado y que con esta ley esta innovación se podría ver bloqueada o retrasada (revisa detalles del informe aquí).
El estudio indicó que no es una preocupación para los europeos tener un tipo de conector externo en lugar de tres (lo que en la práctica ocurriría hoy, luego del acuerdo voluntario del 2009). En este mismo informe se muestra que en promedio se utiliza cerca de 1 cable por cada dispositivo que tiene un usuario (5,6 cables y 5,4 dispositivos móviles por hogar).
Por otro lado, el estudio señaló que el 90% de los hogares en la UE cargan varios dispositivos al mismo tiempo, por lo que es poco probable que un mismo cable pueda ser utilizado para distintos dispositivos.
Finalmente, según constata este estudio, el 20% de los hogares encuestados dijo que era probable o muy probable que reduzcan la cantidad de cables que tienen. Sin embargo, esa reducción solo sería en una pequeña parte de la demanda, y en promedio se espera una baja de 14% (pasando de 5,6 cables por hogar, a 4,9).
Por último, en febrero de 2022, se realizó un segundo informe por la misma consultora, en donde se enfocan principalmente en los problemas para la introducción de mejoras a los dispositivos de carga que están actualmente en el mercado y en la especificación de una fecha para comenzar con el proyecto aprobado (revisa el estudio aquí).
En el estudio se recomienda, por un lado, que la ley no fije un estándar único para el puerto de entrada, sino uno en donde la regulación pueda adaptarse rápidamente y no se evite la entrada de nuevas tecnologías. También hace un hincapié importante en qué sucederá con los dispositivos que no cumplan la norma pero que ya están a la venta o fueron producidos previo a la aprobación de la ley. En este punto, el estudio recomienda que exista un periodo de “exención” para aquellos productos debido a que existen consumidores que optan, debido al mayor precio de los dispositivos “último modelo”, por comprar móviles más antiguos a un precio menor.
Limitar la entrada al mercado de dispositivos ya producidos con un puerto de carga distinto, o peor aún, retirar los que están a la venta, puede generar impactos negativos en los clientes, ya que no podrán acceder a comprar móviles que previo a la implementación de la ley, si hubieran podido acceder.
Relacionado con lo último, la implementación de la ley generará, de manera no deseada, una obsolescencia adelantada de los dispositivos que no tengan el puerto de carga que se indica en la ley. Esto debido a que será más complicado encontrar cables de carga y eventualmente estos no serán producidos. Así, la Copenhagen Economics recomienda implementar un periodo de transición importante (mayor a dos años), para que se reduzcan al mínimo estos impactos negativos, y los modelos existentes más antiguos sean eliminados de forma natural.
Esta nueva regulación limita la competencia en la producción y comercialización de cargadores para dispositivos electrónicos, pues en el futuro (2024) las empresas tendrán que adaptar sus cargadores a un mismo estándar de puerto de carga (entre otras obligaciones). Luego de analizar la nueva Directiva y los estudios de impacto involucrados, la mayor interrogante es que no queda claro si los consumidores efectivamente están mejor al limitar la competencia en la producción y comercialización de cargadores.
Al momento de comprar un dispositivo con un tipo de cargador los usuarios conocen, de forma parcial o completa, la forma en que este puede ser cargado. Con la regulación los consumidores efectivamente estarán más informados en el contenido y los requerimientos necesarios por los dispositivos, pero no es claro si ellos prefieren un cargador único o no, o si realmente reducirán el consumo de cables de carga bajo el régimen de la nueva ley. Los usuarios valoran la innovación por parte de las empresas, y los informes analizados indicaron que efectivamente existirá un retraso en la innovación de dispositivos de carga o en la entrada de estos al mercado.
Desde Latinoamérica quedaremos atentos a cuáles serán las consecuencias en la modalidad de producción que pueda tener este cambio en la UE y los dispositivos móviles que finalmente sean consumidos en esta parte del continente. Hasta el momento, solo ha existido una intención de algunos parlamentarios en Chile para aplicar una reforma similar a la aprobada en Europea (revisa la noticia aquí), pero no se ha concretado ningún proyecto.
Resolución legislativa del Parlamento Europeo. Directiva sobre equipos radioeléctricos: Cargador común para dispositivos electrónicos.
Copenhagen Economics. (2022). A Common Sense Approach To The ‘Common Charger’ Proposed EU Regulation.
Copenhagen Economics. (2019). United in diversity.
Ipsos, 2019. Impact Assessment Study on Common Chargers of Portable Devices.
European Commission, Directorate-General for Internal Market, Industry, Entrepreneurship and SMEs, Vazquez, Y. (2021). Impact assessment study to assess unbundling of chargers: final report, Publications Office.