La FNE identificó los siguientes ámbitos de preocupación: (i) riesgo de coordinación por parte de las Compradoras; (ii) riesgo vertical de bloqueo de insumos; y (iii) riesgo vertical de bloqueo de clientes.
Con respecto al riesgo de coordinación, la FNE notó que las Compradoras podían tener acceso, con cierta antelación, a información respecto de volúmenes, destino, y facturación de la carga exportada por vía aérea por parte de los clientes de Alfa. No obstante, la cuota de mercado de las Compradoras no genera incentivos suficientes para materializar el riesgo, al no tener capacidad de influir en los precios y otras variables competitivas. Adicionalmente, las Compradoras señalaron que adoptarían resguardos relativos al manejo de información comercialmente sensible por parte de Alfa.
Tratándose del bloqueo de insumos, empeoramiento de servicios o aumento de las tarifas a las salmoneras rivales, la FNE lo estimó poco plausible por haber numerosas alternativas de embarcadores por vía aérea. Por lo demás, los costos de cambio de embarcador son poco relevantes, y las salmoneras pueden negociar directamente con las aerolíneas.
Finalmente, en lo que respecta al riesgo de bloqueo de clientes, la FNE evaluó si las Compradoras tendrían la capacidad de debilitar la competencia en los servicios de agenciamiento de carga, y si ello podría conducir a un incremento en los precios de los salmones en el eslabón final de comercialización. La FNE concluyó que la pérdida de las Compradoras como clientes no modificaría significativamente las condiciones de competencia de los embarcadores ya que, post cierre, la FNE identificó una porción importante de salmoneras disponibles para ser atendidas por otros agentes. Adicionalmente, la FNE tuvo en cuenta que en este negocio no había economías de escala significativas, de modo que la pérdida de la demanda de las Compradoras no sería capaz de generar un aumento relevante en los costos de los rivales de Alfa.
