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El 17 de febrero, Facebook bloqueó la posibilidad de compartir o ver noticias en su plataforma para usuarios en Australia, en respuesta a un proyecto de ley que obligaría a las gigantes tecnológicas a pagar por los contenidos informativos publicados en sus plataformas en ese país. Además, impidió el acceso a las publicaciones de noticias australianas a quienes se encontrasen fuera del país, e incluso, fueron bloqueadas varias páginas gubernamentales de salud y emergencias -aunque Facebook aseguró que esto último fue un error que enmendaría-.
Días después -el 22 de febrero- Facebook revocó la prohibición luego de que el gobierno australiano introdujera modificaciones en el proyecto de código en disputa, que regula la negociación con los medios de comunicación en disputa.
El suceso ha adquirido relevancia mundial ya que es parte de la discusión de una alternativa que podría ser pionera en la regulación del pago por contenidos informativos, actualmente no remunerados por las grandes plataformas.
Los avances tecnológicos han cambiado la forma de acceder, consumir y reaccionar a las noticias. Las plataformas digitales -en especial Google y Facebook- se han transformado en los principales canales de acceso a información, generando una fuerte dependencia por parte de los medios de comunicación que desean acceder a las audiencias.
Estas grandes plataformas tecnológicas difunden contenido informativo elaborado por los medios de comunicación y obtienen significativos ingresos por publicidad online en el proceso.
Estas plataformas han ido aumentando su poder, por lo que las autoridades de competencia y políticos de todo el mundo han comenzado a abogar por una mayor regulación. Sin embargo, dar con una legislación apropiada, que equilibre todos los intereses en juego, es complejo, tal como muestra el caso australiano.
Por un lado, los medios de comunicación –especialmente de prensa escrita– han presionado para que los gobiernos fuercen a las empresas tecnológicas a sentarse en la mesa a negociar, tras el prolongado descenso de sus ingresos por publicidad.
Por el otro, las plataformas sostienen que los medios eligen publicar sus noticias en ellas porque encuentran nuevos lectores, consiguen suscriptores y mejoran sus ingresos. Las organizaciones de noticias no las usarían si no contribuyera a su rentabilidad.
Ver investigación CeCo: Medios de comunicación y publicidad online: la mirada de la política de competencia.
En julio de 2019, la autoridad australiana de competencia y protección al consumidor, Australian Competition and Consumer Commission (ACCC), publicó una investigación sobre plataformas digitales, en la que examinó la incidencia de los motores de búsqueda, redes sociales y otras plataformas de contenido digital en la competencia.
La ACCC determinó que Facebook y Google detentan un “poder de mercado sustancial” en Australia y que existiría un importante desequilibrio en el poder de negociación entre los medios de comunicación y dichas plataformas. A raíz de esto, recomendó la introducción de un código de conducta.
A partir de esta investigación, el gobierno australiano ordenó a la ACCC desarrollar un código obligatorio (Ver nota CeCo), el cual dio origen a un proyecto de ley para su implementación.
Este proyecto de ley permitiría a las empresas de noticias negociar en bloque con las empresas tecnológicas el pago por los contenidos que aparecen en sus noticias y resultados de búsqueda. En caso de que no se logre un acuerdo entre las partes, se recurriría al arbitraje de la ACCC.
El gobierno australiano afirmó que el código se centraría inicialmente en Google y Facebook, pero podría ampliarse a otras empresas tecnológicas. Con esta ley, el gobierno buscaría otorgar apoyo financiero a los medios de comunicación, dada su importancia para el pluralismo informativo y la democracia.
El presidente de la ACCC, Rod Sims, afirmó que el código de negociación «pretende garantizar que las empresas informativas australianas, incluidos los medios de comunicación independientes, comunitarios y regionales, puedan sentarse a la mesa para mantener negociaciones justas con Facebook y Google».
La batalla entre el gobierno australiano y los gigantes tecnológicos en torno a esta ley que los obligaría a pagar por los contenidos informativos lleva tiempo captando la atención mundial, pero la medida de Facebook de prohibir todo el contenido informativo australiano de su plataforma llevó el conflicto a un nuevo nivel.
El 31 de agosto de 2020, William Easton, director general de Facebook para Australia y Nueva Zelanda dio un ultimátum al gobierno australiano en respuesta a la propuesta de código de negociación obligatorio de la ACCC.
Finalmente, ante el avance del proyecto de ley, el 18 de febrero de 2021 Facebook golpeó la mesa. La empresa comunicó que “[l]a ley propuesta por Australia no reconoce la naturaleza fundamental de la relación entre nuestra plataforma y los editores que la utilizan para compartir contenidos informativos”.
Facebook afirmó que el proyecto de ley los “ha dejado ante una dura elección: intentar cumplir una ley que ignora las realidades de esta relación, o dejar de permitir contenidos informativos en nuestros servicios en Australia. Con gran pesar, elegimos esta última opción”.
La empresa tecnológica recalcó el hecho de que “el intercambio de valores entre Facebook y los editores va a favor de los editores, que es lo contrario de lo que la legislación exigiría al árbitro. El año pasado, Facebook generó aproximadamente 5.100 millones de referencias gratuitas para los editores australianos por un valor estimado de 407 millones de dólares australianos”. En cambio, para Facebook, el beneficio comercial de las noticias sería mínimo.
Easton afirmó que han trabajado con el gobierno australiano para encontrar una solución que reconozca la realidad del funcionamiento de la plataforma y que fomente la innovación y la colaboración con las organizaciones de noticias, sin embargo, esta ley “pretende penalizar a Facebook por contenidos que no tomó ni pidió” y “sienta un precedente en el que el gobierno decide quién entra en estos acuerdos de contenido de noticias y, en última instancia, cuánto se paga a la parte que ya recibe valor del servicio gratuito”.
El cambio de Facebook también negó a los australianos el acceso a muchos sitios de organismos gubernamentales, como a páginas de organizaciones benéficas, políticos, grupos deportivos y otras organizaciones no informativas. Más tarde, Facebook emitió un comunicado en el que afirmaba que estas páginas se habían visto «inadvertidamente afectadas» y que su acceso sería restablecido.
A diferencia de Facebook, ante el avance del proyecto de ley, Google ha firmado últimamente acuerdos de pago con tres importantes medios de comunicación australianos. De hecho, el bloqueo de Facebook se produjo horas después de que Google acordara pagar a News Corp, por los contenidos de los sitios de noticias de todo su conglomerado mediático, que incluye The Sun, The Times, the Wall Street Journal, y The Australian, entre otros.
Facebook dijo en su declaración que las acciones que Google está tomando difieren a las suyas ya que “que nuestras plataformas tienen relaciones fundamentalmente diferentes con las noticias. La búsqueda de Google está inextricablemente entrelazada con las noticias y los editores no proporcionan voluntariamente sus contenidos. Por otro lado, los editores eligen voluntariamente publicar noticias en Facebook, ya que les permite vender más suscripciones, hacer crecer sus audiencias y aumentar los ingresos por publicidad”.
El tesorero del gobierno australiano, Josh Frydenberg, criticó la acción de presión de Facebook, la cual confirmaba el inmenso poder de mercado de estas gigantes digitales. Frydenberg aseguró que continuarán impulsando la legislación del código.
Después de días de negociaciones entre el Gobierno y la empresa de redes sociales, el mismo Frydenberg junto al ministro de Comunicaciones, Paul Fletcher, anunciaron un acuerdo con Facebook y el restablecimiento de las noticias australianas en la plataforma para los próximos días.
El Gobierno introducirá nuevas enmiendas al Código de Negociación Obligatorio de los Medios de Comunicación y las Plataformas Digitales. Los cambios implican que el gobierno puede no aplicar el código a Facebook si la empresa demuestra que ha firmado suficientes acuerdos con los medios de comunicación para pagar sus contenidos. Además, el gobierno ha acordado que Facebook y otras plataformas que estarían sujetas al código tendrían un mes de aviso para cumplirlo.
Facebook comunicó que les “complace haber podido llegar a un acuerdo con el gobierno australiano (…) Como resultado de estos cambios, ahora podemos trabajar para impulsar nuestra inversión en el periodismo de interés público y restablecer las noticias en Facebook para los australianos en los próximos días”.
Tras estos sucesos, Facebook retomó las negociaciones con los medios de comunicación. De hecho, el martes por la noche, Seven West Media, se convirtió en la primera empresa de medios de comunicación australiana en firmar un acuerdo con Facebook para proporcionar contenidos informativos. En el anuncio no se revelaron los detalles ni valores comprometidos en el acuerdo.
Australia ha llevado la delantera en temas de regulación de las plataformas tecnológicas y Facebook actualmente es objeto de diferentes acciones en dicho país.
Por un lado, Facebook enfrenta una demanda en el Tribunal Federal de Australia por su gestión de los datos personales a través de su aplicación Onavo Protect y otra demanda presentada por el Australian Information Commissioner a raíz de la filtración de datos de Cambridge Analytica.
Adicionalmente, tras un atentado terrorista en Nueva Zelanda en 2019, se introdujeron leyes de moderación de contenidos que entrega penas de cárcel de hasta tres años a los empleados locales de Facebook que no actúan con rapidez a la hora de eliminar contenidos ofensivos transmitidos en la plataforma.
Los problemas que enfrenta Facebook en Australia -un país con sólo 25 millones de habitantes- se pueden convertir en tendencias mundiales, ya que los responsables políticos de todo el mundo ven ahora a Australia como un campo de pruebas para los modelos de regulación cuando se trata de plataformas digitales.
Como afirmó Frydenberg en un comunicado de prensa, “[m]uchos otros países están mirando lo que está sucediendo aquí en Australia, debido a este código innovador que el gobierno de Morrison está llevando a cabo».
Facebook, por su parte, con este abrupto bloqueo de las noticias australianas, ha mostrado su disposición a tomar medidas ante reacciones regulatorias que estima desfavorables a sus intereses.