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El 30 de octubre, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) liberó su informe preliminar del estudio de mercado sobre Instituciones de Educación Superior (IEs), el cual se someterá a consulta hasta el 12 de diciembre. El estudio se centró en analizar la evolución competitiva del mercado de la educación superior en sus programas de pregrado, incluyendo los subsistemas profesionales y técnico-profesionales.
La FNE identificó seis hallazgos principales: tres sobre el diagnóstico de competencia del sector y tres sobre potenciales limitantes. A continuación, se abordarán estos hallazgos por separado, seguidos de las recomendaciones de la FNE (sobre otros estudios de mercado, ver notas CeCo sobre: Compras Públicas, Hospedaje, Gas, y Mercado Fúnebre). Vale la pena aclarar que esta nota no hace un repaso exhaustivo de los problemas que el informe identifica ni de las soluciones que propone, sino que selecciona aquello que se considera de mayor interés. En tal medida, se invita a quienes quieran acceder a todos los hallazgos del informe a leer el informe de la Fiscalía en su integridad.
Dentro de los indicadores tradicionales de competencia analizados por la FNE se encuentran el número de actores, el nivel de concentración, los precios (aranceles) y los markups. A continuación, se revisará cada uno de ellos.
Respecto al número de actores del mercado, un primer hallazgo fue que hubo un importante crecimiento de la cobertura aparejado de una disminución del número de IES (muy marcada en el segmento de centros de formación técnica o “CFT”). En la Figura 1 se aprecia la evolución de la cobertura, plasmando la tasa bruta de cobertura (número de matriculados en educación superior, de cualquier edad, dividido por la población de 18 a 22 años, por lo que puede superar el 100%) y la tasa neta de cobertura (que considera sólo a quienes están matriculados y además pertenecen al rango de 18 a 22 años). Por su parte, la Figura 2 analiza la evolución del número de instituciones.
Figura 1: Evolución de la cobertura del sistema según tasa bruta y neta
Figura 2: evolución del número de IES según tipo de institución
Luego, en cuanto a la concentración de mercado, la FNE halló que esta era elevada y persistente, observándose una marcada heterogeneidad entre tipos de IES (universidades, CFTs, institutos profesionales). En cuanto al cálculo de esta variable, se usó una metodología diferenciada para el sistema profesional (universitario) y el técnico profesional (TP). Para el sistema universitario, se calculó el Índice de Herfindahl-Hirschman (HHI) definiendo cada mercado a partir del conjunto de alternativas relevantes para los postulantes. En otras palabras, el HHI aquí señala qué tan distribuidas están las matrículas finales dentro de las opciones que considera un postulante (para más detalles metodológicos, ver párrafos 475 y ss. en el informe de la FNE).
Por otro lado, respecto al sector TP, la concentración se calculó definiendo segmentos de demanda según el entrecruce de las variables carrera, región y tipo de institución (CFT e institutos profesionales). Esta definición se explica, entre otras cosas, por la menor movilidad regional de estos estudiantes.
Los niveles de concentración identificados (ver Figura 3), llevaron a la FNE a concluir que, entre 2018 y 2024, la concentración promedio se mantuvo alta y relativamente estable, siendo particularmente alta en el sector TP (HHI de 4.122 para el 2024).
Figura 3: Evaluación del IHH promedio ponderado por mercado para subsistemas universitario y técnico profesional
Otro indicador de competencia analizado fue el precio cobrado por las IES. Al respecto, la FNE encontró que el arancel promedio anual siguió una tendencia al alza (ajustada por inflación) para todos los tipos de IEs, tal como se puede ver en la Figura 4.
Figura 4: Evolución del arancel anual promedio ponderado por estudiante, según tipo de institución (2013-2022)
En cuarto lugar, la FNE estudió los markups (la razón entre precio cobrado a los estudiantes y el costo marginal de entregar el servicio de educación). Como el costo marginal de entregar el servicio a un estudiante adicional no es observable, la FNE lo estimó indirectamente: evaluó la sensibilidad de la oferta académica a las variaciones en el uso de insumos de corto plazo, en particular, las remuneraciones académicas (para más detalles metodológicos, ver párrafos 522 y siguientes del Informe). Los resultados (Figura 5) arrojaron: a) que ciertos tipos de universidades muestran una tendencia a la baja en los últimos años, y b) una alta heterogeneidad en los markups, observándose diferencias significativas entre los segmentos del sistema universitario y del técnico profesional y dentro de dichos sistemas.
Figura 5: Evolución de la mediana del markup, según subsistema y tipo de institución
En base a estos indicadores, la FNE concluyó que en principio podrían existir problemas de competencia en el sector: alta concentración, precios al alza y markups crecientes en el subsistema TP. No obstante, como estos indicadores también podrían explicarse por diferencias en el financiamiento de las IEs, requisitos regulatorios, o mayor calidad educativa, la FNE decidió estudiar la evolución de la variable calidad, basándose en los atributos que valoran los estudiantes (que, como se verá, es un asunto que tiene su propia complejidad).
Para definir la calidad educativa, la FNE primero identificó los aspectos determinantes mediante grupos focales, y luego usó esta información para elaborar listas de atributos presentadas en una encuesta a estudiantes y exalumnos de IEs, a quienes se les pidió seleccionar los criterios (atributos) relevantes para escoger una carrera.
Como se muestra en la Figura 6, la vocación (53%) y las aptitudes para el área (44%) son las características que los encuestados seleccionaron con mayor frecuencia al momento de elegir una carrera.
Figura 6: prevalencia de atributos para elegir una carrera
Fuente: Informe preliminar sobre estudio de mercado de educación superior, página 156.
Habiendo identificado las principales determinantes de la calidad, la FNE procedió a analizar su evolución, centrándose en aspectos cuantificables. Primero, para medir el valor agregado de las carreras, analizó la prima salarial, esto es, el efecto en los salarios controlando por factores que podrían estar correlacionados con mayores ingresos (para la metodología, ver párrafos 566 y ss. del informe). Al respecto, se observó que la prima salarial promedio de las carreras universitarias ha decrecido, aunque duplica la de las instituciones TP, cuyos niveles se mantienen estables (Figura 7).
Figura 7: evolución de la prima salarial de las carreras según tipo de institución
Luego, otro aspecto estudiado fue el impacto de estudiar en una IES en la empleabilidad. Esto fue medido utilizando la razón de probabilidades de la empleabilidad: el cociente entre la probabilidad de estar empleado tras egresar de una IES versus dicha probabilidad en caso de no asistir a educación superior. Los resultados mostraron una tendencia positiva, destacando diferencias entre sistemas de educación superior (ver figura 8).
Figura 8: Evolución de la razón de probabilidades del impacto del medio de las carreras en la empleabilidad según tipo de institución
Además, se analizó la evolución del Valor Presente Neto (VPN). Este es una métrica que dimensiona el valor agregado de los programas educacionales (carreras) que se calcula restando los costos económicos de realizar el programa de su beneficio posterior en el mercado laboral. Este beneficio se definió como el flujo de ingresos obtenidos al emplearse después de egresar, mientras que los costos contemplados fueron estos: aranceles/matrícula, costos de titulación y costo de oportunidad (ingresos perdidos al optar por estudiar en una IEs en lugar de ingresar directamente al mercado laboral sin estudiar) (para más consideraciones metodológicas, ver párrafos 662 y ss. del informe).
La Figura 12 muestra la evolución del VPN promedio de los programas estudiados: a) sin importar el número de matriculados, y b) ponderando por la cantidad de alumnos matriculados en primer año. Al observar ambas variables, se detecta que desde el 2016 ambos promedios han tendido a decrecer de forma sostenida, y que el VPN ponderado es consistentemente más bajo, lo que implica que las carreras con retornos más bajos tienden estar sobrerrepresentadas.
Figura 9: evolución del promedio simple del VPN de las carreras y del promedio ponderado por el número de matriculados de primer año
Figura 10: evolución de la fracción de carreras con VPN negativo y de la fracción de personas que ingresa a tales carreras
Por su parte, la FNE también observó la evolución del porcentaje de estudiantes de primer año matriculados en programas con VPN negativo y la fracción de programas con VPN menor a 0 (ver figura 13). En este punto se ve una tendencia alarmante: el porcentaje de estudiantes ingresando a carreras con VPN negativo está llegando al 40%.
El informe también indagó el proceso de toma de decisión de los estudiantes al elegir una carrera. Un primer aspecto constatado es que las preferencias cambian con el tiempo: la persona que decide qué estudiar no es la misma que la que, luego de terminar la carrera, ingresa al mercado laboral. La encuesta realizada por la FNE a los estudiantes y exestudiantes permite comparar los factores que estos tomarían en cuenta hoy para elegir una carrera (retrospectivamente) versus los que efectivamente se tomaron en cuenta al elegir la carrera. Los resultados mostraron un cambio sistemático: los factores económicos (empleabilidad, expectativa salarial) son sustancialmente más importantes ahora (al ingresar al mercado laboral) que en la decisión original (al elegir la carrera).
Este cambio, a juicio de la Fiscalía, es problemático: las IES ajustan su oferta y mensaje a quien toma la decisión, y dado que esta persona no valorará los mismos atributos al egresar, no se garantiza su satisfacción ex post.
Además de esto, la FNE halló evidencia de que esta decisión no se prepara lo suficiente por parte de los futuros estudiantes. Así, según información reportada por Google Analytics, entre marzo del 2023 y marzo del 2025, las visitas a la página “Mifuturo.cl” se concentraron fuertemente en los primeros días de enero, lo que coincide con los respectivos procesos de admisión (ver figura 11). Esto sugiere que esta decisión suele tomarse contra el tiempo. Además, la plataforma se usa por un tiempo muy limitado: 49 segundos en promedio.
Figura 11: uso de plataforma mi futuro, según Google Analytics
Además, La FNE halló patrones de elección diferenciados por género, con mujeres tendiendo a matricularse en carreras de menores retornos salariales futuros. El informe mostró que, aunque los VPN de los hombres son marginalmente más altos en las mismas carreras (Figura 12), las mujeres se sitúan mayoritariamente en aquellas carreras con VPNs bajos, al ajustar por frecuencia de elección (Fig. 13).
Figura 12: distribución de VPN por carrera, según género, para el año 2023
Figura 13: distribución de VPN por carrera ponderado por la matrícula de primer año, según género, para el año 2023.
La FNE también concluyó que la difusión de programas no se alinea con las preferencias de los estudiantes y comunica información genérica. Esto impediría que el individuo, incluso siendo racional, tome una decisión informada, debido a la falta de revelación completa de la información por parte de los oferentes.
Al respecto, la FNE constató que el canal de difusión más usado para postular a las IES es la página web de las instituciones. Al revisar las páginas de admisión de 221 carreras (muestra de 48 IES), un examen realizado vía webscraping reveló que la información disponible sobre 22 determinantes de calidad era en su mayoría nula o genérica, limitando su utilidad para comparar opciones.
Sobre este punto, la FNE destacó que, aunque tradicionalmente se ha tratado a las universidades estatales como servicios públicos regidos por el Derecho Administrativo, hoy compiten directamente con las universidades privadas por estudiantes, académicos, recursos y prestigio, entre otros factores. En este contexto, las reglas impuestas a las universidades estatales por su rol público les generan desventajas relevantes frente a las universidades privadas.
La FNE ejemplifica esto con las restricciones en compras internacionales: la ley prohíbe a las universidades estatales comprar bienes muebles de personas jurídicas extranjeras, salvo cuando dichos bienes no se vendan en Chile. Esto lleva a que, si se venden estos bienes en Chile, las universidades estatales obligatoriamente los deben comprar dentro del país, aun cuando se vendan a menor precio en el extranjero (lo que sería importante, por ejemplo, en materias de adquisición de libros).
La FNE también criticó la configuración del Aporte Fiscal Directo (AFD). Constató que la distribución del componente mayoritario del AFD (95%) se rige por criterios meramente históricos que se retrotraen a 1988. En la práctica, este esquema implicaría que la mayoría de los aportes no se relaciona con el desempeño actual de las instituciones, sino con una inercia histórica. A juicio de la FNE, esto genera distorsiones a la competencia sin una justificación clara.
Ante los hallazgos, la FNE propuso tres grupos de medidas. A continuación, se detallará la lógica general y algunas medidas concretas de dichos grupos. El primer grupo busca mitigar las dificultades en la toma de decisiones de los estudiantes, recomendando potenciar la orientación vocacional y el uso de herramientas informativas (como MiFuturo.cl) antes del egreso de la enseñanza media, incluyendo la capacitación de docentes para su uso.
El segundo grupo de propuestas busca mejorar la calidad y alineación de la información revelada por las IES, con el fin de reforzar la transparencia. Específicamente, la FNE propuso crear una plataforma digital centralizada que asegure el acceso equitativo y la comparabilidad de datos clave (empleabilidad, acreditación, etc.) entre programas.
El tercer grupo de medidas aborda las barreras regulatorias que limitan la competencia. Se propone, entre otras cosas: 1) Otorgar mayor flexibilidad a las universidades estatales en ciertos aspectos de gestión, y 2) Reemplazar gradualmente el mecanismo de asignación del componente mayoritario del AFD (actualmente histórico) por uno basado en indicadores objetivos.
*El CentroCompetencia (CeCo) es un centro de investigación que pertenece a la Universidad Adolfo Ibáñez.