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En un reciente artículo de Starc & Wollmann (2022), a partir de los datos obtenidos de un procedimiento iniciado por más de 43 estados de EE.UU. en contra de varias empresas fabricantes de remedios genéricos por una colusión de precios, los autores analizaron cómo las barreras de entrada al mercado farmacéutico podrían contribuir a mantener la estabilización de un cartel.
A continuación, nos referimos al análisis realizado por los autores y cómo llegaron a las conclusiones propuestas.
Históricamente, los medicamentos genéricos han sido catalogados como un mecanismo exitoso para promover la competencia en la industria farmacéutica. Cuando los remedios de marca pierden la protección de sus patentes, la industria suele verse enfrentada a un flujo importante de competidores, que ingresan al mercado para ofrecer una alternativa genérica del medicamento en cuestión. En algunos países, los remedios genéricos han logrado capturar más de la mitad del mercado, cobrando menos de la mitad de lo que cuesta su equivalente de marca (Morton, 1999).
A pesar de lo anterior, en el año 2014, en Estados Unidos se presentó una demanda por un caso de colusión que podría ser uno de los más grandes casos de fijación de precios del país, relacionado justamente con la industria farmacéutica de los remedios genéricos.
En dicho año, muchos medicamentos genéricos vendidos bajo receta experimentaron alzas sustanciales en sus precios. Interesantemente, este encarecimiento habría coincidido con un evento en particular: ‘Teva Pharmaceuticals’, el fabricante de remedios genéricos más grande de Estados Unidos, contrató a un ejecutivo de marketing que poseía una red de contactos relevante para la industria. Durante los 18 meses posteriores a dicha contratación, los precios de varios remedios genéricos aumentaron sustancialmente.
Este aumento sostenido en los precios de ciertos remedios genéricos en EE.UU. encendió las alertas en la Fiscalía General de Connecticut, generando que dicho estado iniciara una investigación en la materia. Lo anterior condujo a que, en mayo del año 2019, 43 estados de Estados Unidos presentaran una demanda contra las farmacéuticas, alegando que estas se coludieron para fijar los precios de múltiples medicamentos genéricos (CT Attorney General, 2019).
Los detalles de la acusación –incluyendo testimonios de testigos, comunicaciones privadas entre empresas rivales, y documentos internos recopilados en el curso de la extensa investigación gubernamental- permitieron conocer las operaciones internas que habrían llevado a la construcción del alegado cartel.
De acuerdo a Starc & Wollmann, en abril del año 2013, ‘Teva Pharmaceuticals’ habría contratado a un nuevo ejecutivo de marketing (en adelante, ‘NP’), que había sido director de una de las distribuidoras de medicamentos más importantes del país. ‘NP’ habría asignado un puntaje a cada remedio genérico, dependiendo del nivel de contactos que tenía con los ejecutivos de venta y marketing de la competencia. Paralelamente, el ejecutivo habría asignado un puntaje específico a cada fármaco. La clasificación anterior derivó en una lista con los medicamentos que ‘NP’ pretendía encarecer de forma cooperativa con la competencia. Esta lista incluyó remedios como los que se usan para el tratamiento del cáncer, infecciones bacterianas, dolor de artritis y alta presión arterial.
El gráfico 1 elaborado por Starc & Wollmann muestra los precios de los remedios genéricos que estarían dentro y fuera del alegado cartel (‘cartelizados’ y ‘no cartelizados’), antes y después de la contratación de ‘NP’. De este se desprende que, hasta antes de la contratación de ‘NP’, la trayectoria de precios de ambos tipos de remedios era prácticamente la misma. Sin embargo, de acuerdo a la investigación de los autores, desde el año 2013, los precios de ambos grupos habrían comenzado a divergir. En el año 2016, los precios de los remedios cartelizados habrían aumentado en un 50% respecto de los no cartelizados.
El aumento coordinado de los precios de los remedios genéricos habría requerido una importante coordinación entre los miembros del cartel. Esto, según Starc & Wollmann, se reflejaría en la evidencia recogida en la acusación. Según esta, el número de llamadas telefónicas y mensajes intercambiados entre ‘NP’ y otros fabricantes de la competencia se intensificaba en los días previos a un aumento en los precios. De acuerdo a la evidencia, como los aumentos en los precios no podían estar perfectamente sincronizados, muchas veces los fabricantes habrían debido rechazar ofertas de sus clientes, quienes se acercaban cuando los precios de sus competidores aumentaban.
La teoría económica predice que el aumento significativo en las ganancias monetarias en un mercado favorece la entrada de nuevos competidores, quienes se ven atraídos por las altas utilidades del negocio. Esto, de acuerdo a Starc & Wollmann, habría sido justamente lo que ocurrió en la fabricación de medicamentos genéricos, especialmente en los remedios más rentables.
Para que un fabricante pueda lanzar un nuevo medicamento genérico a la venta, debe presentar una ‘Solicitud Abreviada de Nuevo Medicamento’ (“ANDA”, por sus siglas en inglés). Esta solicitud debe ser aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (“FDA”, por sus siglas en inglés).
Con el fin de estudiar cómo reaccionó la entrada —de nuevos medicamentos— a la colusión, los autores analizaron el número de solicitudes ANDA ingresadas entre los años 2008 y 2019. En efecto, desde el año 2013, el número de solicitudes para lanzar un genérico nuevo habría aumentado significativamente, especialmente en los mercados coludidos. En otras palabras, el alegado cartel habría inducido la entrada de nuevos medicamentos.
Ante la presencia de un cartel, es razonable pensar que los productos que pertenecen a mercados más grandes atraigan a más competidores que los productos asociados a mercados más pequeños. Esta idea fue corroborada por Starc & Wollmann. De acuerdo a sus resultados, alrededor del 8% de los remedios genéricos cuyos ingresos son cercanos a USD $1 millón, inducirían la entrada de un competidor nuevo; mientras que, los medicamentos cuyos ingresos superan USD $1.000 millones atraerían, casi siempre, la entrada de —en promedio— tres fabricantes.
De esta forma, en la medida de que los nuevos medicamentos no se involucren en el acuerdo colusorio, es esperable que la entrada de nuevos competidores presione los precios del cartel a la baja. En otras palabras, los fabricantes de nuevos remedios genéricos tienen incentivos a cobrar precios más bajos que la competencia, y así absorber una mayor participación de mercado.
El gráfico 2 elaborado por Starc & Wollmann muestra la evolución de los precios de los remedios que habrían estado cartelizados, clasificándolos según su nivel de ingresos antes de la supuesta colusión (valores correspondientes al año 2012). Así, los autores dividen los remedios genéricos en dos grupos: aquellos cuya venta generaba ingresos altos (sobre la media de la muestra) y los que generaban ingresos bajos. Al respecto, Starc & Wollmann observaron que, al comienzo de la colusión denunciada, los precios de ambos tipos de remedios habrían aumentado de forma prácticamente idéntica. Sin embargo, a partir del año 2015, los precios de los remedios más rentables habrían caído paulatinamente, separándose de los precios de los remedios menos rentables. En este sentido, el gráfico 2 evidencia que la entrada de nuevos competidores induce una caída en los precios del cartel, especialmente en aquellos remedios más atractivos desde el punto de vista de los ingresos.
Como se verá a continuación, de acuerdo a los autores, la caída en los precios del supuesto cartel, inducida por la entrada de nuevos competidores, no habría ocurrido sino hasta al menos dos años después que se inició la alegada colusión.
Según explican Starc & Wollmann, la entrada de nuevos competidores en la industria de remedios genéricos no es inmediata. En primer lugar, el nuevo fabricante del remedio genérico debe demostrar la bioequivalencia del fármaco. Este proceso es costoso, porque se realizan pruebas para verificar que la versión genérica produce los mismos niveles de fármaco en la sangre de las personas. Una vez que se entrega la aprobación, las empresas deben diseñar empaques que se ajusten a la forma de administración (por ejemplo, tabletas, cápsulas o jarabes). El ingreso de un nuevo genérico en el mercado puede tardar entre 2 y 4 años.
Además del tiempo, la entrada de un remedio genérico que compita en la industria farmacéutica también supone un costo monetario. Los autores estimaron que el costo de entrada para un nuevo remedio genérico varía entre USD $1,1 y $12,8 millones. En este contexto, Starc & Wollmann evaluaron el efecto que tendría un aumento del dinamismo en el mercado de genéricos —que la entrada y salida de competidores sea más rápida— en el bienestar de las personas (Cuadro 1).
En particular, los economistas evaluaron dos escenarios alternativos. En el primero, analizaron el efecto que tendría una reducción del costo monetario asociado a la entrada de nuevos competidores en la industria farmacéutica. Los resultados mostraron que, al reducir el costo monetario de una solicitud ANDA en USD$400.000 ($800.000), la entrada de competidores aumenta en un 37% (52%). Esto equivale a una variación compensada del consumidor de USD $143 millones (USD $374 millones). Para poner estas cifras en contexto, es interesante notar que el supuesto cartel de genéricos habría elevado los precios, en promedio, en un 50%. La entrada de nuevos competidores, a su vez, habría reducido los precios cerca de un 50%, para aproximadamente la mitad del mercado de remedios coludidos. Así, según los autores, la entrada de competidores generaría un beneficio monetario a los consumidores valorizado en USD $7 millones por año, por remedio genérico cartelizado, que equivalen a USD $805 millones en total.
En el segundo escenario, los autores evaluaron el efecto que tendría una reducción del tiempo promedio que tarda el gobierno federal estadounidense en aprobar la venta de un nuevo medicamento genérico. Si el tiempo que demoran las aprobaciones regulatorias disminuyera en un año (dos años), la entrada de competidores aumentaría, en promedio, un 36% (84%). Esto equivale a una variación compensada del consumidor de USD $596 millones (USD $1,52 miles de millones).
En definitiva, el estudio muestra que la entrada de nuevos participantes en un mercado coludido podría reducir los precios fijados por el cartel. En este sentido, la existencia de barreras de entrada que retrasan el ingreso de nuevos competidores limita el efecto disciplinario que estos ejercen sobre los precios del cartel. En otras palabras, en el caso analizado por los autores, en el corto plazo, la amenaza de nuevos competidores no habría sido lo suficientemente intimidante para desalentar a los fabricantes de remedios a bajar los precios, haciendo que la supuesta colusión tácita fuera fácil de mantener en el tiempo.
Respecto al caso utilizado en este estudio de Starc & Wollmann, cabe señalar que, por el momento este aún se encuentra en tramitación (Schneider Wallace, 2022).