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El pasado 4 y 5 mayo, la Comisión de Competencia del Mercado Común del Este y Sur de África (“CCC”) celebro su décimo aniversario. Este evento contó con una gran participación de figuras internacionales como Frederic Jenny, Teresa Moreira y William Kovacic, así como representantes de distintas autoridades de competencia como la FTC y DGCOMP.
La Jurisdicción de la CCC se extiende a los 21 Miembros del Mercado Común del Este y Sur de África (“COMESA”). Desde su creación en 2013, la CCC ha recorrido un arduo camino con el fin de mejorar el bienestar de los consumidores al interior de COMESA y si bien es posible realizar ajustes para mejorar su desempeño, parece ser que el balance de su gestión es positivo. Entre sus logros vale la pena resaltar que, durante sus diez años de existencia, esta agencia ha analizado alrededor de 360 concentraciones empresariales y ha conducido 40 investigaciones por infracciones al Régimen de Protección de la Competencia Comunitario (ver COMESA Competition Commission Celebrates 10 years).
»No puede perderse de vista que, en un mundo globalizado, donde varias empresas multinacionales tienen ingresos mayores al PIB de varios países, las agencias de competencia regional pueden ser la solución para perseguir eficazmente a los carteles internacionales y controlar las concentraciones multinacionales»
A lo largo del evento se resaltó y discutió el papel de la CCC y del Derecho de la competencia comunitario como herramientas de política industrial claves para el desarrollo del mercado común. Esto, sobre todo en el contexto africano, en el cual abundan empresas micro, pequeñas y medianas cuyas posibilidades de crecer se ven afectadas por las barreras y restricciones impuestas a través de conductas ilegales de los participantes dominantes en el mercado (ver Discurso de WILLARD MWEMBA Director de la CCC). En palabras de WILLARD MWEMBA, Director de la CCC: “Para ello se creó la Comisión de Competencia del COMESA, es decir, para garantizar que el Mercado Común sea competitivo, que las empresas prosperen y salvaguardar el bienestar de los consumidores. También hay que tener en cuenta que las fusiones y adquisiciones son una forma de inversión extranjera directa, por lo que su regulación tiene implicaciones directas sobre las entradas de FDI en el Mercado Común. Por lo tanto, el planteamiento de la Comisión de Competencia de COMESA siempre ha sido ser cautelosa del impacto que puede causar en las empresas y la regulación de la competencia. (traducción propia, ver Discurso de WILLARD MWEMBA Director de la CCC)
En el mismo sentido, las palabras de la Secretaria General de COMESA destacaron el papel central que tiene la CCC en el desarrollo y la liberalización del comercio con el fin de consolidar el mercado común (Discurso de CHILESHE MPUNDU KAPWEPWE Secretaria General de COMESA).
En este punto, vale la pena resaltar que hubo un tema prácticamente ausente durante el desarrollo del evento, la investigación y regulación sobre los mercados digitales. En efecto, sobre este punto, William Kovacic mencionó que cada mercado y jurisdicción tiene sus propias problemáticas, y que la labor de autoridades de competencia en mercados en desarrollo, como el de COMESA y sus Estados Miembros, debe estar destinado a la satisfacción de las necesidades más inmediatas de su población, como lo es la infraestructura, los servicios públicos esenciales y la alimentación. En este marco, señaló que las agencias deberían prestar especial atención, entre otras, a los procesos de contratación pública y a sus funciones de abogacía de la competencia.
De este modo, si bien pareciera ser que la opinión de los paneles y conferencistas es que el balance de la gestión de la CC es positivo, también se señalaron grandes retos que enfrenta esta autoridad. Entre ellos se encuentra la consecución de un presupuesto adecuado que le permita desplegar una mayor vigilancia, así como una colaboración más armónica con las agencia de competencia y de protección al consumidor de cada Estado Miembro (entre otros desafíos).
Es interesante estudiar el proceso de constitución y evolución de la CCC, del cual podemos aprender mucho en Latinoamérica. Y es que el logro no es menor, pues de ninguna manera es una tarea sencilla crear y mantener una agencia regional de competencia con facultades para efectuar control previo de concentraciones en una región donde se hablan más 10 idiomas y en los que confluyen los intereses políticos y económicos de 21 Estados (todos países en desarrollo).
Se requiere de un gran ejercicio humildad, empatía, coraje y claridad para apostarle al desarrollo regional, el cual de por sí implica sacrificios de intereses nacionales a cambio de la esperanza de un mayor crecimiento y desarrollo en el mediano y largo plazo. Un ejercicio que, a diferencia de su resultado obtenido en COMESA, en Latinoamérica -y en especial en la Comunidad Andina-, donde el idioma castellano es preponderante y nuestros mercados e intereses tienen grandes similitudes estructurales, sus resultados no han sido los esperados.
No puede perderse de vista que, en un mundo globalizado, donde varias empresas multinacionales tienen ingresos mayores al PIB de varios países, las agencias de competencia regional pueden ser la solución para perseguir eficazmente a los carteles internacionales y controlar las concentraciones multinacionales. A pesar de lo anterior, una revisión sumaria de la situación en la Comunidad Andina deja a la vista una autoridad desfinanciada, con grandes deficiencias estructurales y con una legislación de competencia insuficiente, desactualizada, poco clara y contradictoria con otros regímenes al interior de la comunidad (como el régimen antidumping).
De ese modo, los diez años de la CCC, nos dan mucho que pensar en nuestros resultados del Régimen de Competencia Andino, que ya cumplió más de 30 años desde la expedición de la antigua Decisión 285, y casi 20 desde la expedición de la normativa vigente (la Decisión 608 en 2005).