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Reacciones al cartel de los gases

22.05.2024
CeCo Chile
Felipe Irarrazabal, Abogado Universidad de Chile
Felipe Irarrázabal Ph. Director CeCo UAI.

Ocurrió nuevamente. La Fiscalía Nacional Económica (FNE), con ese sigilo que la caracteriza, volvió a golpear la mesa. Hace unos días nos enteramos de una posible colusión entre Indura y Linde por los gases industriales y medicinales, ocurrida entre el 2019 y el 2021. Con detalles sabrosos y pandemia de por medio.

De ahí vino la reacción, -al unísono-, de consternación y crítica, en múltiples discursos y declaraciones. Esas reacciones destilaban, creo, un tono algo más reflexivo que las que provocaron el cartel de las farmacias, pollos y tissue. No hay que olvidar, eso sí, que este litigio recién empieza y que los demandados gozan del principio de presunción de inocencia hasta que se dicte sentencia.

«Da lástima constatar, nuevamente, ese recurso a tararear esa canción tan criolla de que cualquier dificultad o incomodidad requiere de un cambio legal. Por último, pienso asimismo en algunos diputados que pedían una comisión investigadora, a pesar de que este asunto ya está radicado en tribunales

Parto por el optimismo que debiera generar el desbaratamiento de este cartel. La FNE pudo utilizar toda su caja de herramientas: interceptaciones telefónicas, allanamientos y delación compensada. Notable que tales medidas se hayan podido realizar bajo las restricciones impuestas por la pandemia. Notable también constatar que la delación está viva en nuestro país, aunque haya perdido algo de vigor afuera. La investigación ocurrió bajo una total confidencialidad, tanto por parte de la FNE, TDLC y Cortes de Apelaciones. Este caso podría traducirse, eventualmente, en posteriores condenas penales y en indemnizaciones para las empresas afectadas por la colusión, pudiendo aplicarse in integrum el régimen sancionatorio de la reforma del 2016.

Sin embargo, a mi juicio, hubo algunas declaraciones poco afortunadas y una omisión evidente. Pienso en la del ministro de Justicia, que adelantó la presentación de un proyecto para el segundo semestre de este año que podría modificar la ley de delitos económicos del año pasado y la norma de colusión, afectando el sistema secuencial y la exigencia de querella por el Fiscal Nacional Económico. Pienso también en las declaraciones de nuestro ministro de Hacienda, que prometió ingresar un proyecto sobre lo mismo dentro de los próximos 30 días. Se entiende: así aparece en el programa del gobierno y en el fallido proyecto constitucional del 2022. Curioso, eso sí, que el ejecutivo no haya hecho una mención a una cuestión de dar y recibir: aumentar el presupuesto de las autoridades de competencia. Da lástima constatar, nuevamente, ese recurso tan criollo de que cualquier dificultad o incomodidad requiere de un cambio legal, sin un reforzamiento previo de las organizaciones y los medios para cumplirlas. Por último, pienso asimismo en algunos diputados que pedían una comisión investigadora, a pesar de que este asunto ya está radicado en tribunales.

La pregunta de fondo -que las reacciones a este cartel no articulan- es: ¿qué tan sana es nuestra economía de mercado? O formulada de otra forma: ¿hasta qué punto estos casos son puntuales o una constatación de que nuestra libre competencia es una mera entelequia?

Por desgracia -como ocurre con la mayoría de las buenas preguntas- carecemos de una respuesta precisa. Algunos podrán sentir que estas infracciones son puntuales. Otros podrán sentir que son de normal ocurrencia: la punta de un iceberg. Para contestarla -sin recurrir a intuiciones o sesgos- tendríamos que saber cómo están operando por dentro todos los mercados. Ese contrafactual es imposible, como se imaginará cualquier persona con un cable a tierra.

La encuesta de percepción que CeCo de la Universidad Adolfo Ibáñez realizó el 2024 a los abogados expertos en libre competencia nos pueden ayudar a esbozar, en parte, una respuesta. Es un proxy, obviamente, con limitaciones metodológicas, pero que recoge de manera agregada el conocimiento de quienes debieran estar en una mejor posición para responder. También es útil revisar otra encuesta de percepción de CeCo del 2021, pero esta vez a la ciudadanía.

Veamos las cifras. Para el 2024, los abogados dan la mejor nota a nuestras autoridades en grado de disuasión, comparado con las de la región. También obtenemos buenas notas -la segunda mejor en Latino América- en efectividad de las autoridades para detectar carteles. A la pregunta sobre frecuencia de la ocurrencia de carteles, un 27% de los encuestados opina que las colusiones son frecuentes. Solo un 2 % cree que son muy frecuentes. La mayoría considera, sin embargo, que no son frecuentes: un 47% que no son “ni frecuentes ni poco frecuentes” (47%), mientras que un 17% y 4% “poco frecuentes” o “muy poco frecuentes”, respectivamente.

La encuesta ciudadana, en cambio, presenta un cuadro distinto. Un 52% del panel respondió que era una práctica extendida o muy extendida, en contraste con un 9% que opinó que eran casos aislados y un 34% que era una práctica de cierta ocurrencia. En parte, esa percepción negativa de la ciudadanía podría deberse al éxito que han tenido las autoridades de competencia en enjuiciar casos renombrados de carteles o a la escasa educación cívica de nuestra población en estas lides.

Termino con una reflexión. La economía de mercado no se autorregula (requiere siempre de una autoridad atenta a los posibles atentados que se produzcan en el espacio de libertad que la economía de mercado irradia) ni es perfecta (así como la democracia, la economía de mercado sufre de infracciones a la competencia, que van a ocurrir siempre -cualquiera que sea la ley que tengamos- de tanto en tanto). Lo que está claro es que los casos de colusión que se presentan no debiesen llevarnos a pensar automáticamente que toda la economía de mercado está infectada y que la única solución viable debiera ser una economía centralmente planificada o plagada de regulaciones o controles estatales, en donde no habría carteles en el sentido estricto de la palabra, -por supuesto-, pero tampoco crecimiento, libertad creativa y contrapesos a un Estado expansivo.

 

*Publicado originalmente en El Mercurio, el 19 de mayo de 2024.

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